Esta no ha sido la única producción criticada en los últimos meses por la raza de sus personajes.
El racismo en el mundo y principalmente en Estados Unidos ha sido una condición que ha llegado a marcar la cultura norteamericana desde hace más tiempo del que se quisiera reconocer. La esclavitud fue una época oscura en la historia de la civilización humana y aún deja algunos de sus vestigios en el presente.
A finales del siglo XIX existió un género cinematográfico conocido como ‘Watermelon Pictures’ (Películas de la Sandía) en el que se mostraban estereotipos de la raza negra como comer sandía todo el día, bailar alocadamente y robar pollos de las granjas.
Además, en tono de burla, quienes los interpretaban eran personas blancas con el rostro pintado o con máscaras oscuras y solo hasta mediados del siglo XX empezaron a aparecer en pantalla los primeros actores afroamericanos.
Aunque en la actualidad la inclusión ha tomado un rol más predominante, parece que el problema permanece en las audiencias.
Las generaciones que crecieron con los dibujos animados de Disney recuerdan con nostalgia a una de las princesas favoritas, Ariel. Una pequeña de 16 años fascinada con el mundo humano, pero su padre, el rey del mar, se lo prohíbe porque asegura que los humanos son “asesinos y comen pescado”.
En la película original creada por Walt Disney Pictures en 1989 se retrata a Ariel como una joven blanca, de largo cabello rojo y grandes ojos azules.
En los últimos años, Disney ha querido lanzar algunos de sus clásicos animados más populares a la versión live action, es decir, con actores reales.
Para algunos fanáticos ver que la actriz escogida para la nueva versión de La Sirenita tenía un aspecto diferente a la caricatura original ha generado críticas e incluso fuertes comentarios en contra de Halle Bailey, la joven de origen afro que le dará vida a Ariel.
¿Es esto discriminación? En Fucsia realizamos un sondeo a personas en la calle para saber qué pensaban de este cambio para la nueva película.
Hay quienes aseguraron que es importante mostrar este tipo de producciones inclusivas para reforzar los movimientos sociales a favor de la igualdad y en contra del racismo que vemos en los últimos años, mientras hay otros que se mantienen en la búsqueda de mantener el casting igual a su versión original.
“A mí me da igual quién esté en la pantalla, pero sí se me hace que ahora están metiendo la inclusividad por todo lado, ya se ve hasta forzado. La inclusividad está en crear más historias sobre las minorías, no en cambiar las viejas”, dijo una de las personas interrogadas.
Pero, reiteramos, ¿es esto discriminación? Parece que sí. María José Ochoa, experta de la Universidad Javeriana, da detalles al respecto:
María José Ochoa“No hay que ir muy lejos, la discriminación de base y por definición es tener un trato diferente solo por aspectos como el color de piel, orientación sexual o espiritual. Entonces sí, podríamos decir que el solo no querer a esta actriz por ser afro ya puede ser considerado un acto discriminatorio. No importa su talento para interpretar a esta princesa de Disney, sino que quieren sacarla porque no se inclinan con su procedencia étnica”
Respecto a los fuertes comentarios encontrados en redes sociales, la profesional en discriminación también comenta que detrás se esconde el concepto alterado que como sociedad tenemos de la belleza:
“Claro, están los que aseguran que solo quieren dejar intacta la película y que así sería en un caso opuesto: una historia afro con actores blancos. Pero incluso allí hemos notado que con un elenco inclusivo muchos critican los labios, los ojos, los pómulos en rasgos característicos de la raza (...) Fíjate que Jazmín (de Aladdín) es una princesa árabe, pero sus rasgos son de occidente”.
La Sirenita no ha sido la única atacada. Hace unas semanas salió la nueva versión de Pinocho. La película original de 1940 muestra a una hada rubia y blanca, quien la interpreta en la actualidad es un poco diferente.
A ella se le suma la nueva serie de la saga de El Señor de los Anillos, la cual muestra elfos de color. Además en los últimos años se ha visto un movimiento de remakes que buscan hacer nuevos programas con elenco diverso a partir de historias que ya salieron al aire, como Daria y Los Años Maravillosos.
El experto en cine Jorge Romero afirma que los cambios a veces son necesarios: “No podemos separar jamás la industria cinematográfica de la sociedad en la que se está desarrollando. Hace unos años era impensable ver una serie retratando la vida de la comunidad LGBTI y es claro que no es porque no existiera, sino porque no era aceptable”.
Jorge Romero“Ahora hemos despertado, hemos abierto los ojos, buscamos ser vistos entre todos como iguales y está bien que nuestras producciones empiecen a mostrar lo mismo (...) Un personaje negro, blanco o azul no necesariamente cambia el sentido que se le quiere dar a la narrativa de una misma historia adaptada e incluso sí permite crear nuevos roles de identidad, aceptación y reivindicación”.
En desacuerdo estaría la famosa crítica de cine Candice Frederick, quien dio su rotunda opinión para The New York Times: “No deberíamos normalizar la idea de coger contenido blanco y adaptarlo con talentos de color, porque la gente de color tiene sus propias historias ricas y originales que merecen ser contadas”.
Sí, parte de la audiencia de grandes producciones a nivel mundial no están de acuerdo con los elencos diversos étnicamente, pero el respaldo que han encontrado tampoco es de ignorar y es allí donde se apoyarán las producciones inclusivas para alejarse de los haters. ¿Lo lograrán?