Durante los últimos meses la monarca sufrió algunos quebrantos de salud.
“La reina murió en paz en Balmoral esta tarde”, esas fueron las palabras con las que el Palacio de Buckingham anunció la muerte de Su Majestad el pasado 8 de septiembre. Una fecha memorable para todos los ciudadanos del Reino Unido, pues luego de 70 años hubo cambio de monarca.
La reina Isabel II se convirtió en la más longeva de esa nación tras superar el periodo de la reina Victoria, quien estuvo en el poder por 63 años. Asimismo, su reinado fue uno de los más largos de la historia, tan solo la superó el rey Luis XIV, quien estuvo en el trono por 72 años.
La salud de Elizabeth Alexandra Mary Windsor, nombre de la fallecida monarca, fue admirada por millones de personas, porque aunque tenía una avanzada edad no se le vio muy debilitada, de hecho, aparentemente no sufrió ninguna enfermedad degenerativa.
Si bien en los últimos años la mujer de 96 años dejó de asistir a muchos actos y eventos de la realeza, era algo apenas normal por su edad. Por otra parte, aunque no se han revelado los motivos de la muerte de Su Majestad, debido a los estrictos protocolos que existen, se dice que su deceso se pudo dar por causas naturales.
No obstante, hay tres posibles razones en los últimos años que habrían llevado a que la salud de la monarca se deteriorara.