Cada cuerpo es diferente, por ello te mostramos qué métodos existen para que puedas escoger.
Los métodos anticonceptivos son la forma en la que una persona puede disfrutar de su sexualidad de forma responsable, evitando enfermedades y embarazos no deseados. Los encuentros íntimos hacen parte de cómo se relaciona el ser humano y esto debería conllevar un gran nivel de conciencia y conocimiento sobre nuestro cuerpo.
Desde los años 60 con la píldora anticonceptiva se dio un paso muy grande sobre la salud y libertad reproductiva en el cuerpo de la mujer. Más de 50 años después, el mundo y la sociedad han avanzado hasta el punto de incluso tener en cuenta al hombre en esta ecuación y ya hay estudios sobre los anticonceptivos masculinos.
Sin embargo, la mujer no ha dejado de ser tomada en cuenta con una gran responsabilidad en este aspecto y, por ello, te mostramos los métodos que existen para tenerlos en cuenta en el momento de realizar una planificación responsable al mismo tiempo en el que disfrutas de tu sexualidad.
En los métodos anticonceptivos no cabe duda de que uno de los más comunes es el condón masculino. Sin embargo, en el mercado existen diversas opciones con efectos diferentes sobre el cuerpo y cada persona cuenta con una tolerancia diferente sobre cada uno de ellos.
Por eso, es importante que antes de escoger un método consultes con un ginecólogo sobre qué te conviene según tu historia clínica, edad y propósitos de vida. Pero para que estés informada, aquí te mostramos los métodos anticonceptivos más comunes.
Estos mecanismos son momentáneos, a muy corto plazo, como el condón masculino, el diafragma, el condón femenino y el capuchón cervical. No solamente previene embarazos, sino también ayudan a protegerse contra enfermedades de transmisión sexual (ETS) como el sida y el papiloma humano. Tienen un alto nivel de protección, pero pueden romperse.
El Dispositivo Intrauterino (DIU), el implante anticonceptivo y las píldoras hacen parte de este grupo y son una barrera a largo plazo. Dichos mecanismos liberan una cantidad moderada de hormonas que contrarrestan el flujo de esperma.
El DIU, por ejemplo, es la famosa ‘T’ y tiene una duración entre los tres, siete años y hasta doce años dependiendo de la marca y de la cantidad de hormonas que liberan. Por otro lado, la varilla es un pequeño implante que se coloca en el brazo. Algunas mujeres presentan fuertes cólicos y sangrados con estos métodos y no protegen contra las enfermedades de transmisión sexual.
Si en tu vida no planeas tener hijos y ser madre o no quieres volver a serlo, estas pueden ser las herramientas que mejor se adapten a tu estilo de vida.
Como métodos definitivos y sin reversa está la salpingoclasia, en la cual se ligan las trompas de Falopio y esto impide el paso del óvulo y del espermatozoide. Su efectividad es inmediata, pero en algunos países se necesita de una evaluación psicológica antes de hacerlo, pues su efecto es permanente.
Otro método anticonceptivo permanente es la vasectomía. Esta cirugía realizada en los hombres bloquea el conducto que lleva el esperma fuera del cuerpo.