¿Se reconciliaron?
Mauro Urquijo y María Gabriela Ísler han protagonizado muchas noticias de entretenimiento a lo largo del año. Y es que en los primeros meses la mujer trans afirmó que su pareja se había ido sin previo aviso de la casa que compartían en Santa Marta y durante varios meses no supo nada del hombre.
Hace apenas unas semanas estuvieron en el ojo del huracán luego de que el hombre apareciera públicamente después de mucho tiempo y asegurara que nunca había amado plenamente a la samaria, por tal motivo había decidido separarse de ella.
Al escuchar lo que dijo el actor, ella prefirió no quedarse callada y dar su opinión al respecto. Cuando lo hizo, quedó en evidencia que sentía mucha rabia y tristeza por las declaraciones de él.
“Me duele el desagradecimiento. Estuve las 24 horas del día protegiéndolo. Cuando se enfermaba, a quien veía era a mí. Dormía abrazada con él. Me tocaba despertarme a las 5 a. m. para llevarlo al baño. En la noche le quitaba el suero. Yo era quien lo bañaba. Cuando hacía sus necesidades, yo lo limpiaba”, manifestó.
Aunque se estuvieron lanzando fuertes comentarios, unos días después María Gabriela Ísler y Mauro Urquijo fueron vistos juntos en una discoteca, motivo por el que empezaron a surgir rumores de una posible reconciliación; no obstante, durante semanas no se supo si habían vuelto o no.
Sin embargo, el fin de semana pasado ambos fueron invitados a ‘La red’ y allí confirmaron que se dieron una nueva oportunidad y explicaron qué era lo que había pasado en su relación.
El actor manifestó que no estaba completamente bien y que no recuerda muchos detalles del momento en el que se fue de Santa Marta, pero aclaró que ha estado trabajando en su salud y que ahora está mucho mejor.
Por su parte, la mujer trans dijo que: “Le llenaron la cabeza a él de muchas cosas, que él qué hacía viviendo con una mujer trans, que él no era gay. Entonces él como que se llenó de tantas cosas en su cabeza y se reprimió tanto que cogió las cosas y se fue”.
Su reconciliación se dio en una discoteca en Villavicencio, allí se encontraron por casualidad, según contaron. Posteriormente, arreglaron las cosas y ahora están conviviendo en Bogotá. Y es que la samaria confesó que “el amor quedó abierto, fue un ciclo que nunca cerramos”.