En la novela se les veía muy acaramelados, pero la realidad siempre fue otra.
‘Café con aroma de mujer’ en su versión original protagonizada por Margarita Rosa de Francisco, siempre ha sido todo un éxito, hasta en su más reciente retransmisión en el Canal RCN.
Y aunque muchos no le tenían fe al remake, cuyos papeles protagónicos estuvieron a cargo del actor mexicano William Levy, Laura Londoño y Carmen Villalobos, hasta el momento ha sido una de las mejores producciones inspiradas en otros proyectos audiovisuales.
En Netflix de vez en cuando vuelve a ser tendencia y hasta entra en el top 10 de la plataforma de streaming, además, los colombianos quedaron enamorados tanto de la historia, como de los cambios, así como del elenco y de la escenografía.
Sin embargo hay varios secretos que en televisión no se alcanzan a percibir como ciertas rivalidades o complicidades que se dan entre actores.
Puntualmente, desde las grabaciones se rumoraba que la relación entre los dos protagonistas no era la mejor y era confuso porque en las escenas que compartían se les veía con bastante química.
“Ustedes creen que eso es muy sencillo, pero ustedes no se imaginan lo que es besar a semejante guapura de hombre frente a ochenta personas que te están mirando ‘así’, como ‘mira, por favor, un poquito más inclinada la cabeza para acá, por favor que no se vea la lengua, por favor que no se den con la nariz, pero que se vean lindos, pero apasionados, con más ganas’, ¡jajaja!”. “Entonces, son muchas cosas que hacen que sea ‘¡ah, Dios mío!’. A veces es difícil hacer esas escenas de pasión”, fueron las palabras con las que la actriz se refirió a cómo era la experiencia y las escenas de besos con Levy.
No obastante a haberse entendido, la actriz ha asegurado en diversas ocasiones que su convivencia no era lo mejor: “Te diré que en la serie peleábamos, que no te imaginas. Peleábamos como niños chiquitos. Teníamos puntos de vista diferentes sobre la escena que teníamos que hacer.
Londoño explica que además de ser de culturas diferentes, muchas veces sus formas de trabajar, la técnica y metodología que empleaban eran polos opuestos y que era allí donde más se encontraba el obstáculo.
“Yo siento que no es que él tenga más madurez, sino que él viene de una industria que tiene más experiencia que la nuestra. En Colombia nosotros tenemos una forma que, a veces, puede ser un poco más ingenua, pero que eso no es ni bueno ni malo, es simplemente distinto”, aseguró.