El hombre nunca soñó con ser actor.
Uno de los actores británicos más exitosos de los últimos años es Matt Smith. El hombre de 39 años ha interpretado varios papeles de producciones de talla mundial. Tal vez el personaje que lo catapultó a la fama fue el del Undécimo Doctor, en “Doctor Who”, una de las series de televisión más populares del mundo.
Recientemente el hombre se incorporó a “La casa del Dragón”', precuela de “Juego de Tronos”. Allí le ha estado dando vida a Daemon Targaryen y lo cierto es que ha cautivado a los espectadores de la producción de HBO.
Quienes han seguido de cerca la carrera del hombre nacido en Northampton no se han visto tan sorprendidos como aquellos que lo ven por primera vez. Y es que no solo había dejado en evidencia todo su talento en “Doctor Who”, también lo hizo durante dos temporadas en “The Crown”, la serie sobre el reinado de la fallecida reina Isabel II.
En el drama histórico de Netflix le dio vida a Felipe de Edimburgo, esposo de la monarca, en su versión joven. En aquella oportunidad también destacó no solo por su interpretación sino porque muchos seguidores de la producción consideraron que tenía un gran parecido físico al Duque de Edimburgo.
Si bien el británico se ha posicionado como uno de los mejores actores de esa nación, lo cierto es que ese nunca fue su plan a. Según se ha conocido Smith soñaba con ser futbolista y tenía un futuro prometedor, pues durante su adolescencia alcanzó a firmar un contrato profesional con Leicester City.
Asimismo, se dice que a los 15 años la selección sub-16 de Inglaterra seguía de cerca los pasos del hombre, con el propósito de eventualmente sumarlo al equipo. No obstante, a esa edad fue que se frustró su sueño de ser futbolista, debido a un trastorno en su columna vertebral, conocido como espondilosis cervical.
Debido a los fuertes dolores tuvo que renunciar a esa ilusión; no obstante, se le abrió la puerta de la actuación. Aunque ahora disfruta su trabajo, en un principio fue demasiado complejo dejar el deporte.
“Fue un momento difícil porque me sentía insatisfecho. Para ser honesto, estaba tan seguro de que jugar al fútbol era lo que iba a hacer que fue muy difícil para mí decirle a la gente que me habían diagnosticado esta enfermedad. Mi ego decía: ‘Yo soy eso, soy un futbolista’. Y ya saben como es: en la escuela era el jugador de fútbol para todos y de repente, nada”, le dijo a la BBC.