El actor le respondió a todos aquellos que lo critican por maquillarse.
Carlos Báez ganó mucho reconocimiento debido a su participación en la más reciente temporada de “MasterChef”, uno de los concursos favoritos de los televidentes colombianos. Allí el hombre de 28 años estuvo muy cerca de quedarse con el título, pues estuvo dentro de los cuatro finalistas.
Si bien no se quedó con el primer lugar, vale la pena recordar que Ramiro Meneses salió victorioso, se ganó el cariño de varios televidentes por su carismática personalidad que demostró capítulo tras capítulo. Todo ese cariño se refleja en sus redes sociales donde suma más de medio millón de seguidores.
Allí el actor que hizo parte de “Enfermeras” y “La nieta elegida” suele publicar varios momentos de su vida privada y profesional. Con cada una de sus publicaciones suele robarse la mirada y suspiros de varios internautas, pues muchos lo consideran como uno de los hombres más guapos de la televisión colombiana.
Durante algunos episodios de “MasterChef” se vio que el finalista se maquillaba, algo que llamó la atención de muchos porque no es algo a lo que estén acostumbrados. Al actor le llegaron todo tipo de comentarios por esta razón, en algunos de ellos resaltaban que le quedaba muy bien el maquillaje, mientras que en otros lo criticaban.
Báez habló con “La Red” sobre esta situación y dejó en evidencia que no le importa los comentarios de los demás siempre y cuando él se sienta agusto. Asimismo, explicó que empezó a maquillarse porque vio que varios lo hacían en el Festival Estéreo Picnic y le gustó cómo se veían.
“Muchas veces uno deja de hacer cosas porque ¿qué van a pensar los demás? ¿Qué van a pensar si ven a Carlos maquillado? Y no importa, que piensen lo que quieran”, expresó el hombre de 28 años.
Aunque recibió algunos comentarios homofóbicos, aseguró que no les prestó mayor atención porque él está seguro de su orientación sexual y usar algo, como el maquillaje, no la va a cambiar.
Agregó que espera que en algún momento la gente dejé de juzgar por absolutamente todo. “Como nos vestimos, los que nos ponemos, en este caso por ejemplo el maquillaje, hablan de lo que somos. Entonces qué bonito poder expresarnos libremente y que la gente no nos juzgue, y también qué bueno no juzgar porque no hay que juzgar el libro por la portada”, afirmó.