El cantante habló por primera vez de uno de los momentos que más lo han asustado.
El cantante colombiano, Camilo, da bastante de qué hablar gracias a que tiene una gran carrera profesional, que sigue creciendo con el paso de los años. Es usual que varias de las canciones que lanza se conviertan en tendencia y en redes sociales millones de personas hablan sobre él.
En la actualidad está haciendo una gira por diferentes ciudades de España y así lo ha mostrado a través de sus redes sociales. De hecho, hace unas horas publicó una serie de videos despidiéndose de Madrid, la ciudad en la que ha vivido los últimos dos meses, y allí presumió además el último concierto de su parada en este lugar, al que asistieron sus padres y se conmovieron hasta las lágrimas.
Por otro lado, el cantante ha dado mucho de qué hablar gracias a su hija Índigo, que nació hace unos meses, pues son usuales las preguntas sobre si debería o no mostrarla a los internautas y cuándo lo harán, aunque ni él, ni Evaluna han hablado al respecto.
Por otro lado, su relación con la cantante también ha sido bastante comentada, pues normalmente los tildan de “exagerados” y de que viven su amor sin límites, por lo que a veces se exceden en cuanto a las muestras de cariño que presumen en Instagram.
Vale la pena mencionar que la pareja se casó a inicios del 2020 y en sus redes sociales mostraron todo el proceso, sin embargo, están comprometidos desde mucho tiempo, y varios recuerdan la conmovedora manera en la que le pidió que fuera su esposa, en medio de una sala de cine y rodeada de algunos de sus seres queridos.
Ahora, el cantante se ha sincerado sobre cómo fue ese momento previo en el que decidió pedirle la mano de su pareja a Ricardo Montaner y a su mamá Marlene. La situación no fue para nada sencilla, sucedió en Miami y él dejó que Evaluna fuera sola a una terapia para quedarse junto a sus padres.
El colombiano aseguró que estaba muy nervioso por lo que iba a suceder, por lo que se le notaba en su rostro y en sus expresiones que no sabía qué hacer. Aseguró que estaba pálido y sudoroso, lo que hizo que, específicamente Montaner se diera cuenta.
En medio de su relato aseguró que él le dijo que no tenía que demostrarle nada, y sin tener que pedirle la mano de su hija, le dijo que sí. Poco después incluso le ayudó a idear y llevar a cabo su plan para pedirle matrimonio a Evaluna.