Linero aunque dejó de ejercer como sacerdote sigue protagonizando conversaciones religiosas y espirituales, por eso, recientemente volvió a hablar sobre el diezmo y los impuestos a iglesias.
Aunque ya no ejerce como sacerdote muchos siguen llamando padre a Alberto Linero, pues la relevancia que tiene su nombre en el campo religioso y espiritual es irrenunciable.
Luego de dejar los hábitos, Linero se concentró en construir una vida personal en pareja, pero también se ha dedicado con más empeño a su pasión por escribir y a las conferencias, por lo que recientemente ha estado promocionando su libro Espiritualidad para humanos en el que habló de lo que es tener una vida espiritual que no necesariamente es religiosa.
Por esa razón, en los últimos días dio una entrevista en El Tiempo en la que explicó con detalle sus pensamientos al respecto. Tal como expresó, para él esos conceptos “son dos cosas distintas. Se puede ser espiritual y ser ateo o agnóstico. La espiritualidad es conectarse con la propia esencia y a la vez trascender a las maneras limitadas de nuestra existencia. Es vivir con sentido”.
Asimismo, destacó que “la religiosidad está más estructurada a partir de un conjunto de verdades, una moral, una liturgia. La espiritualidad nos lleva a vivir trascendentemente. Leer poesía, pintar, contemplar un amanecer son experiencias espirituales. Creo que la espiritualidad es conectarse con lo sublime. Y claro, también se puede ser religioso y a la vez tener una profunda vida espiritual. Pero también se da el caso —lamentablemente común— de gente muy religiosa que no parece tener nada de espiritual.
Por otro lado, en el diálogo también dio su posición con respecto al diezmo que cobran varias iglesias a sus creyentes y resaltó que está completamente en contra.
“No. Nunca he creído en el diezmo. No me imagino a Dios de contador diciéndome que le dé solo el 10 por ciento”, mencionó Linero agregando que aunque no está a favor y no paga el diezmo, declara que sabe que Dios lo necesita todo “me lo imagino pidiéndome el 100 por ciento de mi vida, de mi corazón. Ofrendo material y existencialmente, porque entiendo que el culto necesita ser sostenido y que se debe ayudar a los que pasan necesidad en la comunidad. Además, de Dios lo he recibido todo”.
Además, sobre el tema de los impuestos a las iglesias, recalcó que está a favor, ya que “los cristianos creemos en una sociedad más justa, más equitativa y en nuestras democracias eso se traduce también en contribuir con los impuestos y en hacerle seguimiento a que se usen de un modo honesto e incluyente”.