La presentadora contó su experiencia con las ánimas benditas
Durante su paso por la televisión colombiana la presentadora Laura Acuña ha ocupado uno de los lugares más destacados, pues su participación en programas como Sábados felices, La Voz y Día a Día han sido muy bien acogidas por los televidentes quienes se identifican con la empática bumanguesa.
Además de su vida ante las cámaras, Laura tiene un programa de entrevistas a través del canal YouTube, La sala de Laura, en donde invita a diferentes figuras nacionales y también relata anécdotas de su propia vivencia.
El tema salió a colación mientras entrevistaba a Daniel Trespalacios, mejor conocido como ‘El Tripas’ de ‘La Mega’, porque estaban haciendo referencia a temas que tenían que ver con actividades paranormales.
Daniel es un locutor radial que tiene un programa en el que trata varios temas referentes a actividades paranormales y con espíritus. Por eso, Laura se animó a compartir una anécdota que todavía le causa escalofríos.
Ella era estudiante todavía y sin pensarlo dos veces decidió acudir a la intercesión de las ánimas para pedirle un favor del cual dependía que pudiera aprobar una materia.
La presentadora inició contando que “Madrugar para mí ha sido… yo trasnocho lo que sea, y nunca he trabajado de noche, siempre me ha tocado madrugar mucho. Y estudiando Derecho tenía una materia que se llama Medicina Legal. Además, el sábado a las 6 de la mañana. Y ya iban dos semestres por fallas tirándome la materia (…) Y dije me voy a tirar la hijuemadre carrera porque no logró llegar a esta clase un sábado. O sea yo ponía la alarma y no la oía”, contó.
En vista de que le era imposible levantarse y menos escuchar la alarma, decidió hacerle caso a un consejo de una tía e invocar a las almas del purgatorio para que la despertaran a tiempo. Lo mejor del caso es que efectivamente sí le cumplieron y ella quedó de una sentada en la cama a la hora que necesitaba.
“Y me dicen, hay unas almas que dicen que se quedan por ahí porque algo les hizo falta o porque lo que sea. Y uno tiene que rezarles. Y entonces uno les tiene que rezar para que supuestamente puedan llegar a donde supuestamente tienen que llegar. Y un día me dice mi tía, ‘récele, pida que por favor la llamen y verá que le funciona’ y yo dije ‘no pierdo nada’”, expresó.
Y continuó relatando la presentadora: “Y les pedí ‘que por favor me llamen a las 5 de la mañana, y a las 5:00 del otro día oí mi nombre y quedé sentada en la cama”.
Finalmente, Laura concluyó su historia y dijo que desde ese entonces no volvió a decir sus nombres.