El 24 de noviembre de 1991 murió uno de los íconos de la música del siglo XX
Farrokh Bulsara, más conocido por el sobrenombre artístico de Freddie Mercury se convirtió en uno de los artistas más recordados por millones de aficionados que quedaron cautivados por su poderosa y versátil voz, como por su arrolladora personalidad.
Es uno de esos artistas irrepetible que un 24 de noviembre de 1991 falleció víctima del virus del Sida, pero que sigue presente en los amantes de la buena música y el rock.
Durante la vida artística de Freddie fueron muchos los personajes de la vida pública con los que tuvo contacto y de esos encuentros han quedado anécdotas imborrables.
Salir de fiesta con Lady D es un privilegio que pocos han tenido y menos en plenos años 80, cuando ella era el centro de atención y los paparazzi no daban tregua.
Freddie y la Princesa de Gales tenían una fuerte amistad y se buscaron la manera de salir pasando desapercibidos a los lentes de las cámaras. No hay nada que no pueda arreglar un buen disfraz y el propio Freddie la disfrazó con una chaqueta militar, una gorra de cuero y unas gafas de sol.
Así, se fueron a pasar una noche inolvidable al Royal Vauxhall Tavern, un reconocido bar de la comunidad LGBTQ.
Lo que algunos no saben es que Mercury no solo era un excelente cantante, sino que también había estudiado diseño en el Ealing Art College de Londres.
Esto le sirvió para diseñar y ser el creativo del célebre logotipo de Queen, en 1971. Para inspirarse, se fijó en los signos zodiacales de los miembros de la banda: un cangrejo por Brian May, Cáncer, dos leones por Roger Taylor y John Deacon, ambos Leo, y dos ninfas por sí mismo, Virgo. A todo ello añadió una gran Q, la letra inicial del grupo.
El bigote de Freddie Mercury no era una simple cuestión de imagen. Tras él, el cantante quería esconder sus dientes, que le habían acomplejado desde que era pequeño.
Aunque entre sus planes sí estuvo la idea de arreglárselos, temía que este procedimiento fuera a afectar su voz, razón por la cual nunca tomo la decisión.
Según dicen, buena parte del secreto de su habilidad para cantar residía en la peculiar forma de su mandíbula y, sí, también en sus dientes.
Las excentricidades hicieron parte de la vida de este artista y una de las más recordadas tiene que ver con el piano que Freddie hizo instalar en el cabecero de su cama, justo encima de la almohada.
Un instrumento que aprendió a tocar al revés para, si en mitad de la noche surgía la inspiración, poder hacerlo sin necesidad de levantarse siquiera.
A día de hoy, el paradero de los restos mortales de Freddie Mercury continúa siendo un misterio.
Mary Austin, quien fue su mejor amiga y gran confidente, recibió en herencia la mitad de su fortuna, entre lo que se cuenta la impresionante mansión de Kensington. Pedo además tenía una misión específica, y era la de custodiar sus cenizas sin revelar su paradero.
En una entrevista concedida al diario Daily Mail en 2013, Austin aseguró que el líder de Queen “temía ser desenterrado. Le preocupaba que sus restos fueran robados por algún fan y simplemente quería descansar en paz”.