La modelo contó el curioso hecho y generó más de una risa.
Sara Uribe se ha destacado como modelo y presentadora no solo en Colombia sino también en otros países. Con frecuencia era posible ver a Sara en la televisión y en videos musicales de algunos cantantes, pero con el tiempo la paisa se quiso enfocar en su faceta como empresaria y también en su rol como creadora de contenido para las redes sociales.
Sara ha abierto varios negocios de belleza en el país e incluso ya incursionó abriendo un nuevo local en Nueva York, Estados Unidos, pero el éxito de la modelo no es lo que más le importa en su vida.
Según la misma Sara su mayor logro ha sido ser la madre del hijo que tuvo junto al futbolista Fredy Guarín, Jacobo, aunque no todos los días sean buenos.
Sara Uribe muestra con frecuencia la felicidad que siente al estar al lado de su único hijo Jacobo. El pequeño de tan solo tres años pasa la mayor parte del tiempo con su madre y la modelo se ve muy contenta de que eso sea así.
En las historias de su cuenta oficial de Instagram, donde tiene más de seis millones de seguidores, Sara publicó un dos videos en los que se puede ver la inocencia del pequeño.
En las imágenes se ve que Uribe sostiene en sus manos un billete de cien mil pesos colombianos, pero la mitas está quemada. “Una travesura de Jacobo”, escribió la paisa con un emoji de tristeza. Luego mostró que el niño se estaba limpiando las manos y la misma Sara mostró su cara de perplejidad por lo que había ocurrido.
En los comentarios de la publicación muchos resaltan la ternura y la inocencia de Jacobo Guarín al no tener claro cuál es el valor del dinero. Lo cierto es que Sara se mostró sorprendida, pero seguro habrá perdonado al pequeño por su pilatuna.
Aunque en la actualidad Sara Uribe ha dicho disfrutar al máximo su papel como madre, también ha confesado que esa satisfacción no ha estado siempre. Esto dijo en una ocasión en sus redes sociales:
“Cuando nació Jacobo no les miento: fue muy difícil para mí, la situación estaba alejada de lo que normalmente dicen en muchas partes: un idilio de amor. Fue complejo, no me acostumbré fácil a tener una personita para alimentar, vestir, etc. Me di cuenta que de un día para otro yo no era solo yo, era mi hijo”.