Sus palabras conmovieron el corazón de muchos de sus seguidores.
En el mundo de las redes sociales y la creación de contenido digital, Mateo Carvajal se ha convertido en uno de los nombres más reconocidos en Colombia. Con más de cuatro millones de seguidores, este deportista y creador de contenido ha logrado conquistar a una audiencia ávida de autenticidad y cercanía en las plataformas digitales.
La clave del éxito de Mateo Carvajal radica en su habilidad para compartir su vida de manera genuina y sincera. Cada publicación que comparte en sus redes sociales refleja su pasión por el deporte y el fitness, lo que le ha permitido conectarse profundamente con aquellos que comparten sus mismos intereses. Su influencia no se limita únicamente al ámbito deportivo, ya que también comparte momentos personales que le permiten a sus seguidores conocerlo mejor.
Uno de los aspectos más destacados de la vida de Mateo Carvajal es su relación con su hijo, Salvador. A pesar de que ya no están juntos como pareja, ambos padres se esfuerzan por mantener una relación cercana con su hijo. La distancia geográfica entre ellos, dado que viven en diferentes ciudades, ha llevado a que Salvador pase tiempo separado de uno de sus padres en algunas ocasiones.
Esta situación refleja la dedicación y el amor de Mateo Carvajal hacia su hijo, ya que está dispuesto a superar obstáculos geográficos para mantener una relación sólida y significativa. Sus publicaciones sobre los momentos que comparte con Salvador son una ventana a la vida de un padre comprometido y cariñoso, y esto ha resonado con su audiencia, que aplaude su enfoque en la crianza y la conexión con su hijo.
Mateo Carvajal ha demostrado que más allá de su éxito en el mundo del deporte y la creación de contenido, es un padre dedicado y una figura auténtica que conecta de manera única con sus seguidores.
Esto quedó en evidencia gracias al video que publicó en su cuenta oficial de Instagram, tanto en historias como en el feed, donde se vio todo el proceso de la primera carrera de atletismo del pequeño Salvador, quien corrió sus primeros 3 kilómetros con ayuda, asesoría y acompañamiento de su padre y su actual prometida, la empresaria antioqueña Stephanie Ruíz.
“Hijo mío. Salvador, hoy es el día de la carrerísima. Hoy es el día de ser valiente, hoy te levantaste fuerte, hoy vamos a vencer y nos vamos a ganar esa medalla, estás preparado y listo, tienes toda la fuerza de todos los superhéroes hoy. Voy a correr contigo y lo vas a lograr, es el día donde te haces grande”, fueron las palabras que usó Mateo para despertar a su hijo, quien una vez despierto estuvo listo para correr.
Para Mateo Carvajal, Stephanie y su hijo Salvador, el día de la carrera marcó el inicio de una experiencia inolvidable como familia. Cuando se encontraron en la línea de partida, comenzó una jornada llena de desafíos y momentos emocionantes que reforzaron los lazos familiares y demostraron la fortaleza de este pequeño gran corredor.
Salvador, el hijo de Mateo y Stephanie, demostró un espíritu valiente y determinado desde el principio de la carrera. Escuchó atentamente las instrucciones de su padre sobre cómo afrontar el recorrido y se llenó de motivación para intentar superar a los demás competidores. Sin embargo, como en toda travesía, también hubo momentos de dificultad en los que Salvador buscó el apoyo de su papá y su novia. En esos momentos de crisis, recibió la mano amiga que necesitaba para seguir adelante y dar lo mejor de sí mismo en la competencia.
Dos momentos en particular pusieron a prueba la determinación de Salvador. El primero ocurrió un poco más allá de la mitad del recorrido, cuando sintió la tentación de detenerse. En ese instante crucial, su padre le infundió la fuerza y la confianza necesarias para seguir avanzando, incluso sin necesidad de aferrarse a sus acompañantes. Luego, en una empinada subida dentro de un túnel, Salvador tuvo que encontrar fuerzas en su interior para superar la pendiente que se interponía entre él y la línea de meta. Con valentía y determinación, Salvador cruzó la línea de llegada triunfante, al lado de su orgulloso padre.
La recompensa por su valentía y esfuerzo llegó en forma de una medalla que Salvador obtuvo al completar la carrera. Mateo, lleno de orgullo y emoción, compartió toda la experiencia en sus redes sociales. Además, aprovechó la oportunidad para responder las preguntas de sus seguidores, quienes mostraban interés en conocer más sobre la preparación del niño para esta carrera, dado su temprana edad. También se preguntaban si Salvador había tenido que descansar en algún tramo de la competencia.
Lo primero que Mateo dejó claro es que Salvador solo varió la velocidad, pero jamás cesó de correr hasta que cruzó la meta. Lo segundo es que Mateo tiene muy claro que en las venas de su hijo está el amor por el deporte y en su genética está la predisposición para la resistencia y la fuerza.
Por otro lado, en cuanto a la preparación del niño, Carvajal fue enfático en que todo el entrenamiento es juego para el chico, permitiéndole hacer cualquier actividad que él quiera como jugar futbol, saltar, nadar y demás.