Estos son los mejores cuidados que puedes darle a u rostro después de haber vivido los 20.
En los cuidados personales no cabe duda de que uno de los focos más importantes es la piel, especialmente la de nuestro rostro. Es aquí donde vemos con mayor facilidad el paso del tiempo y a su vez es nuestra carta de presentación así estemos en la privacidad del hogar sin nada de maquillaje. Y precisamente porque la cara refleja los años (y los hábitos) que han pasado por nuestro cuerpo, cada etapa de la vida cuenta con necesidades diferentes a suplir.
“Las arrugas se previenen a los 20. A esa edad las mujeres ya han abusado, y abusan, del sol”, comentó el dermatólogo Marko Lens para Vogue respecto a los rayos de sol, los enemigos principales de nuestra piel y responsables de su envejecimiento. Normalmente se piensa que las arrugas son un tema de edad, pero desde los 20 los cuidados deben ser intensivos no solo para evitar los signos del envecimiento en el futuro sino también los tempranos.
Es por esto que al llegar a los 30 las alertas se deben intensificar y poner aún más cuidado a tu rutina de belleza y a los productos que utilizas en ella. Te mostramos aquí una guía básica de lo que debes saber para que el ‘tercer piso’ no haga más estragos en tu rostro.
Con el paso del tiempo la retención de agua en el cuerpo va perdiendo poco a poco su efectividad y esto también empieza a ser notorio en la cara no solo con líneas de expresión leves sino también con resequedad.
La idea es aportar ‘agua’ a la piel para hidratarla con productos que cuenten con ella en sus ingredientes principlales, sin saturarla. Por ello es importante adquirir cremas o sérums con un bajo nivel de oleosidad, teniendo en cuenta otro punto importante: “El sérum es el concentrado de activos, la crema hidratante es para evitar la pérdida de agua”
Es aconsejable que no utilices la misma rutina de día para la noche, son necesidades diferentes. Por ejemplo, el retinol, recomendado por tu dermatólogo, es un componente esencial para combatir las manchas, el acné, el daño por el sol y las arrugas.
El estrés propio de la edad hace que el cuerpo tenga como reacción un daño en la barrera de la piel. Para ello utiliza productos que tengan de componente ingredientes como la manzanilla, el espino blanco y en general que prometa ser calmante y antioxidante.
Los geles son especiales para las pieles con tendencia al sebo y las leches limpiadoras para el rostro que necesita más hidratación. Además se recomienda la exfoliación mínimo una vez a la semana. Como un adicional de hidratación, las mascarillas son ideales: " A partir de los 30 me gusta recomendar una dosis extra semanal de hidratación y elasticidad con mascarillas que contengan ácido hialurónico o vitamina C”, comenta la dermatóloga Paloma Cornejo para Vogue.