Una mujer de 30 años en consulta me dijo: “Quiero construir una relación con una pareja pero bajo mi experiencia, las relaciones monógamas no me han funcionado, quiero desde un principio ensayar una relación abierta. A la gente que le he contado me ha dicho que estoy loca…. Pero sigo con mi idea ¿cómo lo puedo hacer?
El objetivo en las relaciones de pareja para que sean sanas y enriquecedoras es crecer dentro de la relación. Debemos ser los diseñadores de las relaciones. Para encontrar una pareja primero debemos saber que estamos buscando: qué tipo de hombre, con qué cualidades, qué gustos, entre otras cosas para así lograr hacer la labor más fácil a la hora de elegir una pareja. Luego, al empezar a compartir tiempo en pareja se empiezan a establecer los límites de la relaciones y los acuerdos entre los miembros que la conforman.
Muchas parejas al iniciar su relación, dan por sentado la exclusividad sexual sin siquiera hablarlo porque es lo ‘normal’, sin reflexionar si eso es lo adecuado para su relación. Este límite o acuerdo, se debe hablar desde un principio, pues es cada quien quién decide cómo quiere llevar su relación. Para mucha gente supone un sacrificio y una limitación evitar contacto con otras personas, aunque no se lo cuestionan por el hecho de ser algo que no se debe hacer o mal visto.
La monogamia en pareja es una decisión que tiene que surgir de uno mismo y no estar impuesta desde el exterior. Lo que está claro es que iniciar una relación de pareja abierta implica que ambas personas estén de acuerdo y negocien cómo quieren llevarla a cabo. Existen parejas que establecen contárselo, otras que prefieren no saberlo, algunas que marcan hasta cuántas veces puede haber encuentros con una misma persona, otras qué prácticas están permitidas… Cada pareja es un mundo y cada cuál construye lo que quiere para su proyecto común.
Es cierto que la monogamia es lo normal o lo regular (lo que venimos practicando la mayoría de gente hace mucho tiempo)… pero no es lo natural. Esta norma impuesta hace mucho tiempo solemos trasladarla a nuestra vida como si fuera lo adecuado, pero te has preguntado ¿qué pasa si no lo es? ¿qué ocurriría si los seres humanos cambiamos a vivir relaciones polígamas? ¿Serian mejores las relaciones? ¿Bajarían los altos índices de infidelidad en las parejas? Lo normal no tiene que ser la norma de hecho, la no exclusividad sexual es muy amplia y cada pareja puede negociar sus límites. La dificultad radica en que no es aceptado y en el miedo que muchas personas tienen a perder a la pareja. Miedos que aparecen con las preguntas, ¿y si el otro o la otra es mejor que yo? ¿Si me deja? ¿Si la otra persona lo llena más que la pareja? Ema una mujer de 32 años que actualmente tiene una relación abierta dice: “Si esta persona está conmigo es porque lo ha decidido libremente y no por sacrificio, significaría que cada día eliges y te eligen para continuar el camino”.
Culturalmente no se aceptan las relaciones sexuales abiertas y/o relaciones polígamas. Esto es básicamente porque, al igual que nos cuesta cambiar nuestras propias actitudes, nos cuesta que el resto se salga de la norma porque nos hace replantearnos nuestros límites. Mujeres que viven sus relaciones abiertas reciben comentarios de personas tildándolas de locas o hasta pecadoras mientras que los comentarios que reciben los hombres van en otra línea bien distinta.
El primer indicador de que nos estamos saltando una norma cultural es el hecho de que sean diferentes opiniones según el sexo. Por otro lado, nuestra cultura y sociedad nos han enseñado patrones educacionales que hemos recibido de generación en generación que no están basados en la libertad y en el placer del individuo sino más bien al contrario. Es por esto que la gran mayoría de gente ve negativo a las personas o prácticas que estén fuera de los límites normales comunes y corrientes de la sociedad.
Si estás pensando en tener una relación abierta uno de los primeros pasos es no solo tratar de no escuchar comentarios externos sino aceptar que no están dentro del esquema general pero esto no hace que seas una persona anormal o mala. Se suele asociar la libertad sexual con descontrol cuando en realidad, la opción de tener encuentros fuera de la pareja no implica estar de continuo con terceras personas “Simplemente se deja abierta la posibilidad de hacerlo y, después, cada cual decide si lo hace o no. No se pierde la cabeza por tener opciones”. (Ema 32 años mantiene una relación abierta).
Para terminar , tanto la monogamia como la poligamia o las relaciones abiertas son opciones que podemos elegir en algún momento de nuestras relaciones. La una no es mejor que la otra, son diferentes y adaptables para el tipo de relación que se quiera construir. Lo importante de esta decisión es que cada miembro de la pareja comunique lo que desea a la otra persona y sepan de antemano cuáles son los límites: si será una relación de exclusividad sexual o no. Cualquiera que sea la decisión se debe actuar bajo los acuerdos establecidos con amor, aceptación y respeto .