Carolina Gaitán: Acordes de una boda soñada

Fucsia NOVIAS , 18/11/2015

A ritmo de boleros y son cubano, la actriz de Celia, y Las hermanitas Calle, cantó su “Sí, acepto”. La recién casada escogió, para FUCSIA NOVIAS , las 5 claves que en verdad, y no porque toque decirlo, hacen del día del matrimonio el más feliz de la vida.

Imagen: Cristina de la Concha

1. Complicidad con la pareja

Nicolás Moreno esperó a que se cumplieran los cuatro años de noviazgo para sorprender a Carolina con un anillo que había pertenecido a su bisabuela. El diseñador gráfico, DJ y conductor del programa radial Nuevo F.M., sabe muy bien que el 4 siempre ha sido el número de la suerte de la actriz: “Nací un 4 del cuarto mes y soy la cuarta hija”, explica ella. Por eso, un año después de la pedida de mano, decidieron darse el sí en el cuarto mes de 2015, “Pero escogimos el día 11, que en numerología está vinculado a los ángeles y es un número maestro”, agrega.

La ceremonia se llevó a cabo en Miami, un punto que consideraron neutral para que sus seres queridos, que viven en Estados Unidos, Canadá y Londres, no faltaran. “Y es que fue un evento pequeño, muy íntimo. Solo tuvimos 80 invitados, personas muy allegadas que de verdad nos quieren. Los dos teníamos claro que no hay nada más triste que a uno le presenten gente en su propio matrimonio. Por eso, y para evitar compromisos incómodos, fuimos nosotros quienes pagamos todo”.

El escenario fue el Indian Creek, un exclusivo condominio con vista a Biscayne Bay, donde tienen casas o han vivido celebridades de la talla de Beyoncé y Julio Iglesias. Pudieron cumplir su sueño gracias a que un amigo de la familia de Nicolás, que es hijo de Luis Alberto Moreno, presidente del BID, es socio del lugar. Para asegurarse de que la memoria no le falla, Carolina le pregunta constantemente a su esposo datos como ese, para que se la refresquen: “A mí se me olvida todo y él es mi disco duro. Se acuerda de cada detalle, porque no fue de esos novios que se desentienden, sino que juntos planeamos la boda, desde la música —porque somos melómanos—, hasta el color de las flores”.




2. Escribir lo que uno se imagina

“Siempre he creído en el matrimonio. Mis papás han sido mi ejemplo, así como mis tres hermanas mayores que también están casadas”, confiesa Carolina, quien plasmó en el suyo todos los elementos para lograr su boda perfecta. Reconoce que el año pasado sus obligaciones profesionales le dejaron poco tiempo para la planeación, pues entre las series Narcos, de Netflix, y Esmeraldas, de Caracol, solo le quedaron tres meses en los que logró ejecutar los deseos que tenía anotados.

Para que la organización a distancia no fuera un problema, contó con la ayuda de su suegra y de la empresa The Event. “Yo misma había diseñado mi vestido de novia desde que Nico me pidió matrimonio. Quería un strapless entubado que fuera sencillo y elegante, y al que además se le pudiera reemplazar la parte de abajo por una falda corta para estar más cómoda durante la fiesta. Me inspiré en una creación de Elie Saab, y mis amigas de la tienda Tul lo confeccionaron. Nicolás también vistió un traje blanco tiza”.

Como Carolina estaba contagiada de la onda cubana, debido a su personaje de Lola en la telenovela Celia, de RCN, quería impregnar el evento de ese ambiente que de por sí ya se respira en Miami: la música estuvo a cargo de una orquesta típica de la isla, no faltaron los mojitos, y a Nicolás se le ocurrió añadir un toque más al contar con un experto que fabricara tabacos en vivo y en directo, personalizados con los nombres de los novios. Hubo tres estaciones de comida al aire libre con distintas opciones que incluyeron frutos del mar y pescados, carnes, y aves.



En cuanto a colores, el palo de rosa, el verde menta y el crema decoraron el ambiente.
“Y el ponqué fue blanco porque mi papá no come chocolate, lo que muestra que aunque los familiares no se metan, uno siempre termina haciendo las cosas pensando en ellos”, bromea. “Fue una ceremonia civil pero llena de misticismo: nos casó un tío de Nico que es notario y de cada una de las familias hubo alguien que dijo unas palabras. Me conmovieron mucho las de mi cuñada acerca de que nuestra relación es inspiradora”.

3. Realizar trabajo de campo

Con la misma disciplina con la que prepara a sus personajes, Carolina dedicó el poco tiempo libre que tenía en viajar a Miami para encontrar lo que ella y Nicolás esperaban tener en su boda. “Hay que ir a los lugares, ver las opciones, oír a los músicos antes de escogerlos”. Por eso, la pareja recorrió la emblemática Calle Ocho, referencia obligatoria en Miami para los amantes de lo cubano. “Así fue como en un bar nos encontramos con la orquesta Idania y Yo soy el son”.

También llevaron talento desde Colombia, como fue el caso de Cristina de la Concha, de White Photography & Films, quien se encargó de capturar los mejores momentos de la celebración. “Si en algo vale la pena invertir es en las fotos. Siempre va a haber un portarretrato que nos recuerde un instante mágico, como de postal. El día antes del matrimonio nos hizo una sesión en un faro al atardecer, una locación verdaderamente cinematográfica”.




4. Ceder ante los gustos de la pareja

“Peleas siempre va a haber, y el mejor consejo que le puedo dar a las novias es que no se las tomen tan a pecho. En medio del agite uno siempre le dice al otro ‘Como tú lo decides todo…’, pero es puro estrés producido por las ganas de que las cosas salgan lindas”. Sin embargo, advierte que con las finanzas es indispensable ser muy organizado, “porque está bien discutir por gustos, pero qué pereza que de entrada haya roces por plata”.

La boda de Carolina y Nicolás fue una celebración de lo que ambos son:
el hecho de que las invitaciones se hicieran en papel corrugado y estuvieran marcadas a mano, reflejó la pasión del novio por la caligrafía. Y también por él terminaron de afterparty en el bar Do Not Sit on the Furniture, que abrió sus puertas solo para que ellos disfrutaran de música techno hasta el amanecer. La novia, por su parte, lógicamente quiso cantar su amor, y transformó la letra del bolero Contigo en la distancia, a “Contigo en esta vida, amado mío estoy”.



5. Relajarse y disfrutar del mejor día de todos


Carolina reconoce que en la víspera no pudo escaparse de un ataque de gastritis. “Quería tenerlo todo bajo control, pero me acababan de contratar para protagonizar Las hermanitas Calle, y yo acepté con la condición de que me dejaran casar y en principio me dieron 3 días libres. Fue muy angustiante. De hecho, la luna de miel en Europa está pendiente para el año que viene”. Para recobrar energías antes del viaje, la actriz se puso en manos de los especialistas del spa del JW Marriott, que le realizaron una limpieza facial y diferentes tipos de masajes.



“Aunque suene a cliché, el amor mueve al mundo y finalmente, lo más importante de ese día es hacerle un homenaje a ese sentimiento, no al ego. Soy católica, creo en Dios, pero tengo una espiritualidad amplia y veo el matrimonio como un acto psico-mágico que le muestra al otro, con firmeza, que es con quien quieres pasar el resto de la vida”. Por eso cree en la formalidad del evento, en la necesidad de que haya instantes ceremoniales como el minuto de silencio que pidieron para tener presentes a los seres queridos, que como su hermano, ya partieron.

“Me gusta la creatividad, pero nunca me interesó ser ‘chocoloca’. Los dos queríamos darle nuestra identidad a la boda, ese toque personal que hace que sea exclusivamente la de Nicolás y Carolina, y no la de cualquier otra pareja”.

Imágenes: Cristina de la Concha.

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