Las invitadas peleando por llevarse los centros de mesa, y el hecho de que al final de la fiesta las flores suelen terminar en la basura, inspiraron a Ángela Boyacá a explorar un novedoso concepto de decoración y souvenirs: “¿Por qué no entregar como recordatorio algo vivo?”. Reflexionando sobre esa pregunta, en lugar de los tradicionales arreglos florales, cactus y suculentas se convirtieron en su principal elemento.
Como diseñadora industrial, empleada en el sector de la moda, había notado la fuerza que tiene en esta área la naturaleza como gran fuente de creación, un tema que siempre la había apasionado. “Durante una visita a una tienda, mientras admiraba unas plantas, vi que en una matera habían escrito equivocadamente la palabra ‘cactil’ en lugar de ‘cactus’. Ese resultó ser para mí el error más acertado porque entonces, con ese nombre, nació mi empresa Cactil Cactus Land”, recuerda.
En sus más de dos años dedicada a esta ornamentación, Ángela, con la colaboración de cultivadores experimentados, reconoce que todavía algunas novias se asustan con la idea negativa que puedan transmitir las espinas: “Pero para mí los cactus son, en verdad, una representación de lo que debe ser el matrimonio, superar un terreno difícil día tras día, perdurar, y así les cambio su perspectiva. He llegado, incluso, a realizar montajes con algunos de 1,65 metros de altura, imponentes, y muchas variedades tienen flores”.
Si de dar opciones se trata, describe a las suculentas como primas de los cactus. Con ellas monta jardines completos que incluso reciben el visto bueno de los hombres, que por lo general son menos adeptos a este tipo de detalles. “Pueden construirse a partir de piezas individuales personalizadas, marcadas con el nombre de cada invitado, en macetas de vidrio templado con formas distintas, desde unicornios hasta pájaros. Esa es la línea de moda”. Señala además, que una de las ventajas del producto es la facilidad para mantenerlo: “Solo se necesita un poco de agua”, y quienes quieran consultar los cuidados pueden acceder a sus páginas en las redes sociales. En Instagram, por ejemplo, cuenta con un gran número de seguidores y gracias a eso la han contactado en China y Japón.
No es extraño que esta tendencia gane cada vez más fans en el mundo cuando de bodas se trata: “Para mí la belleza está en la vida y es simbólico cuando esa vida se comparte con nuestras personas más queridas”.