Muchas personas evitan comprar ropa usada por la energía de su anterior dueño, pero su consumismo los lleva a adquirir prendas a costa de la explotación humana y el impacto ambiental.
La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Las cifras que esta deja son poco alentadoras, teniendo en cuenta que las consecuencias del cambio climático son cada vez menos esperanzadoras.
El sector textil es responsable del 20 % de las aguas residuales globales y del 10 % de las emisiones globales de carbono, y es que esta industria produce más que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos. Asimismo, consume aproximadamente 93 mil millones de metros cúbicos de agua, lo que sería suficiente para satisfacer las necesidades de 5 millones de personas, según datos de la ONU.
En Colombia las cifras tampoco son positivas, pues apenas el 7 % de los desechos textiles se reciclan, de acuerdo con Annie Agredo, quien fundó la tienda de ropa usada Tons. Además, es la organizadora de la Antiferia, una feria anti consumismo y pro sostenible.
Una de las mejores formas para combatir las consecuencias de la industria textil es apoyando emprendimientos y tiendas que venden ropa usada. Sin embargo, aún existen demasiados mitos respecto a las prendas que allí se venden.
Fucsia habló con Agredo sobre el proceso de la prendas que se venden en su tienda, las cifras de la industria textil en el país, cómo animarse a comprar ropa usada, cómo acabar con los mitos de esta, entre otras cosas.
Mucha de la ropa que se vende en Tons son donadas por amigos, clientes, familia y demás, quienes ya no usan alguna prenda, pero está en excelente estado y saben que se le pueda dar una nueva vida. Otra cosa que pasa mucho es que las grandes marcas después de que la ropa ha pasado por outlets, la venden por pacas, estas son traídas principalmente de Estados Unidos y muchas tiendas las importan. También algunas tiendas compran pacas de importadores nacionales. De ahí sale la gran mayoría de la ropa que se vende en las tiendas de segunda.
Si vendes paños, si vendes chaquetas de cuero y demás, eso tiene que ir a la lavandería, porque son prendas que tienen un cuidado especial. Por ejemplo en Tons, cuando hago la convocatoria y las clientas me traen la ropa, todo debe estar limpio. Cuando llega algo con olor a cigarrillo o tiene pelitos de gato, o cosas así, las recibo y las llevo a una lavandería.
¡Sí! Cada vez está creciendo más. De hecho, con la Antiferia lo hemos visto, es una feria sostenible, donde tenemos tiendas de ropa usada, y cada vez más personas van llegando. Muchas personas dicen: ‘He querido ropa usada, pero me ha dado miedo comprarla en línea, entonces vine aquí a verla, a probarla’. Y es que piensan que va a estar dañada, que va a estar fea, entonces quieren verla primer; luego, al ver la ropa presencialmente y conocer algunas tiendas, dicen: “Todo lo que le vi a esta tienda era increíble, lo voy a seguir comprando en línea, porque confío en la tienda”. Es una comunidad que va creciendo, obviamente hay muchos mitos que toca dejarlos atrás. Parte del trabajo de las tiendas de ropa usada es ir concientizando y aclarando todo esos mitos que van surgiendo. Ha estado creciendo y todavía falta mucho por crecer.
Piensa más que todo: ¿si tú compraras esa prenda cómo te sentirías? Si tienes una prenda manchada, tú dices que no te gustaría que llegara algo manchado, no te gustaría que llegara algo percudido… Básicamente, las prendas que puedes vender son las que están en buen estado, que todavía se les puede dar una nueva vida. Todas las personas tenemos ropa usada, entonces hay que hacer que esas prendas estén disponibles para otras personas, para darles una nueva vida. A eso tenemos que apuntar: a que todas esas prendas que están en los armarios, que no se están usando, estén en el mercado y no en un basurero.
No hay ningún tiempo límite, siempre y cuando esté en buen estado.
Diariamente en Bogotá se generan entre 300 y 600 toneladas de desecho textil. Hasta el momento solo el 7 % se está reutilizando, es decir se está revendiendo, se está transformando… Para un jean se necesitan casi 2 mil litros de agua, entonces si estás comprando un jean usado, pues ya ahorraste un montón de agua. Una prenda de poliéster demora en degradarse cientos de años, si la usas durante más tiempo, evitas que vaya a la basura.
Primero, es ropa más económica. También es ropa increíble y única, que ya no vas a ver, que no está disponible en todas las tiendas. Por otro lado, están haciendo un impacto ambiental tremendo, están generando empleo, están haciendo un trabajo increíble del que se pueden sentir muy orgullosos. Seguro se van a enamorar de este mundo.