Los últimos dos años para la moda han sido de bastante éxito ,pues el crecimiento en ventas de la misma ha estado en la cima, pero el próximo podría no ser igual y la industria deberá prepararse.
La moda es una industria cambiante, versátil y que se acoge a la demanda de los consumidores, por eso es importante que las marcas incluyan ese principio en su ADN para sobrevivir a lo salvaje que puede llegar a ser y aún más tras una temporada en la que todo fue éxito.
El 2020 fue el peor año para todas las industrias, sin embargo, en 2021 una de las que más rápido se elevó fue precisamente la de la moda que en ese año, según datos de The Business of Fashion y McKinsey & Company, vio un crecimiento acelerado de sus ingresos en un 21 % y el índice EBITA estuvo por encima del 6 %, lo que representa una cifra duplicada.
Además esa gran suerte continuó hasta el primer semestre de este 2022 que también tuvo un gran número de ganancias para el mundo de la moda sobre el 13 %.
En esa misma línea en 2021 el 50 % de las compañías de moda se vieron beneficiadas contribuyendo a que varias de las que en 2020 estuvieron en números rojos salieran de ese aterrador listado.
Sin embargo, el panorama empezó a cambiar en el segundo semestre de este 2022 que ya está por terminar debido a los conflictos geopolíticos externos como la guerra entre Rusia y Ucrania que ha afectado a todo el continente Europeo pero también al mundo entero que está en una crítica inflación con la sombra de una fuerte recesión a las espaldas de las economías más fuertes.
No obstante, Europa no solo está afectada por esas dos problemáticas, ya que a eso se suma una crisis energética también como consecuencia de la situación en Ucrania.
Por todo lo anterior y lo que se ha vivido en los últimos meses en la encuesta de BOF ,el 85 % de los ejecutivos de moda temen que la inflación y las tensiones políticas afectarán gravemente la economía de las marcas que este año se posicionaron, pero también de las otras que siempre han estado a la vanguardia.
Se prevé que el próximo año las marcas de lujo tengan un crecimiento de solo el 5 o máximo 10 %, y las demás como deportivas pueden entrar a la lista de número rojos con cifras de hasta el -3 %.
De acuerdo con el análisis de la situación actual, el próximo año puede estar atravesado de nuevo por la dicotomía de lo original y costoso o las imitaciones y descuentos para equilibrar las finanzas de los consumidores que seguramente se verán afectadas ya sea por la recesión o la alta inflación que parece no tener otra salida.
En Europa donde domina la moda, la industria está en decadencia por la difícil economía en la que el euro sigue cayendo frente al dólar y por los picos de covid-19 en China, por lo que el mercado ya no parece estar en ninguna de esas regiones y la solución sería impactar en nuevos territorios con estrategias de marketing más agresivas.
Sin embargo, hay otros temas que son fundamentales para sobrevivir a las crisis de la industria y, de no seguirse significa el fracaso.
1. La fragilidad del mundo en la actualidad no es solo por la guerra, también está el tema de la crisis climática que por supuesto afecta la manera en cómo se consume moda. Por eso es importante que las marcas planifiquen con cuidado para la recesión casi inminente.
2. En consecuencia, también es importante abrir mercados aunque sean riesgosos, ya que en este momento ningún país de los que eran seguros con economías estables está a salvo.
3. En esa misma línea las compañías deberán demostrar la capacidad de mantener fiel a los clientes, ya que en medio de la falta de recursos y la necesidad de cuidarlos, los consumidores podrían desechar marcas que no se acogen a sus necesidades.
4. 2023 será un año marcado por la tendencia ya fortalecida del genderless, por eso, las marcas deben enfocar sus diseños en cumplir con estos nuevos estándares que ya no buscan diferenciar géneros sino difuminarlos a través de la moda.
5. Los esquemas cambian y así como el género desaparece los estilos de oficina ya no son como hace 10 años y eso deben repensarlo los empresarios.
6. El ecommerce empieza a perder fuerza luego de haberse convertido en el único método de comprar por la pandemia. En 2023, las marcas deberán crear nuevas experiencias de compras que mantengan cercanos a los consumidores que buscan canales físicos.
7. Mucho se habla ahora del consumo consciente y la moda verde está en auge. Si las marcas no se acogen a esta nuevo ciclo de consumo sostenible pueden decirle adiós a la industria.
8. Al igual que los canales y el consumo sostenible, las marcas deben repensar sus cadenas de suministro para ser estables en el futuro.
9. Aunque el ecommerce se debilita, el marketing digital se fortalece. Aquí es donde los creativos deben demostrar todo el potencial de la marca con respecto a toda la conexión con lo que pasa en el mundo.
10. Desde el interior es donde las marcas se sostendrán, por eso, BOF destaca que los roles ejecutivos también deben cambiar y mejorar para garantizar que todo el talento esté trabajando a favor.