Cada vez más la tecnología se abre paso en la moda y ahora una nueva técnica parece ser el futuro de la industria.
Desde hace un tiempo en la moda se ha abierto el debate sobre la importancia de la sostenibilidad debido al gran impacto que ha tenido esta industria en cuanto al medioambiente.
Para nadie es un secreto que las grandes productoras textiles son una de las mayores fuentes de gasto de recursos naturales y, por supuesto, de contaminación; precisamente por eso, en la actualidad, han tomado fuerza tendencias como el slow fashion y la ropa de segunda mano o de alquiler.
En ese sentido todas las marcas han empezado a buscar maneras de acogerse a las exigencias de los consumidores, pues cada vez son más las personas y amantes de la moda que están atentos a la manera en la que contribuyen los diseñadores en cuanto al cuidado del planeta.
Por lo anterior, además de consumir de manera más consciente, en menor medida o darle segundas oportunidades a la ropa que ya no usamos y a la que otros ya no usan, hay un método que está tomando fuerza y parece ser el próximo gran posicionamiento que tomarán los más grandes.
Se trata de la impresión en 3D que aunque no es nueva, pues según datos se puede remontar a varias décadas atrás en la actualidad está tomando fuerza en muchas industrias y, por supuesto, la moda no es ajena a esta ola.
Desde los años 80 la impresión en 3D ha estado rondando por el mundo intentando posicionarse y generar un gran impacto. Sin embargo, ha sido hasta en estas últimas décadas que se le ha puesto más atención, considerando su potencial.
Algunos de los usos más importantes que tiene esta técnica en la actualidad es en el campo de la medicina, pues es gracias a esto que en varias partes del mundo se han podido realizar prótesis, tejidos vivos y hasta parte de órganos importantes para que las personas puedan vivir.
En ese sentido si la impresión en 3D es capaz de crear partes que funcionen en cuanto a la salud y la ciencia, se podría pensar que está hecha para crear cualquier otra cosa.
Así como la medicina se está adentrando en esta nueva posibilidad de mejorar la calidad de vida de las personas, la moda está muy atenta en lo que se puede hacer con esto y cómo puede contribuir a potenciar las ganancias.
Por ahora, no hay muchas marcas que estén considerando este método de manera masiva, sin embargo, hay algunas que están probando hacer ciertas prendas por medio de estas impresoras y la cosas están dando resultados muy positivos.
Por el momento, se sabe que la impresión en 3D se realiza en materiales como plástico, metal, resina y ciertos tipos de tela, por lo que en realidad es bastante funcional en cuanto a la creación de piezas que se puedan obtener.
Esta nueva posibilidad abre un universo completo pues incluso la moda como la conocemos podría cambiar. Ya vimos hace un tiempo cómo con un aerosol se pudo crear un impresionante vestido que usó Bella Hadid, en la Semana de la Moda de París, por eso no es tan difícil pensar en que se pueda imprimir una prenda, pues se podría decir que funcionaría de manera similar.
No obstante, dentro de la emoción por poder ver cómo la moda podría ser más ‘asequible’ desde cualquier parte del mundo solo con tener una impresora de 3D, hay varias dudas como la de qué tan positivo es esto para el medioambiente.
En cuestión de gastos de recursos se podría intuir que disminuiría por lo que el impacto negativo de la moda también sería menor. Además hay estudios que están demostrando que es posible imprimir en 3D ropa con materiales reciclados, sostenibles e incluso hechos a partir de hongos que harían que la ropa tenga un ciclo y al terminar esta se descompondría fácilmente.
Sin embargo, también queda el impacto negativo pues imprimir en 3D requiere de bastante energía y esto se traduce en emisiones contaminantes. Por ahora, esta técnica sigue siendo evaluada pero no será sorpresa que muy pronto grandes casas de moda empiecen a implementarla y mostrar las virtudes que se podrían conseguir haciendo diseños por computador que se puede obtener con solo un clic.