Su talento para la confección y el diseño lo han catalogado como un niño prodigio.
En el mundo de la moda se ven diferentes corrientes y tendencias dependiendo de las casas de moda, sus colecciones y pasarelas, teniendo en cuenta, a su vez, a los consumidores, quienes de cierta forma también marcan la pauta de lo que se podrá ver en la industria durante las próximas temporadas. Sin embargo, en medio del mundo fashion no solo las prendas son las que sorprenden, sino que sabemos que la obra y vida de los diseñadores son a veces más importantes que sus creaciones.
Pero ¿qué pasa cuando el diseñador no tiene una trayectoria y reputación de años, sino que es tan solo un niño? Así le sucede a Max Alexander. Este pequeño se ha dado a conocer gracias a las redes sociales, donde sus confecciones se han hecho virales, pues con tan solo siete años, el menor crea piezas que muchas celebridades han querido portar.
Sus más allegados le han resaltado al menor cualidades como la pasión, la creatividad, la innovación, la visión y el compromiso, sumados a su talento y las habilidades que refleja a pesar de su corta edad. El pequeño Max suma millones de seguidores en sus redes sociales y miles de reproducciones en los videos en los que muestra cómo diseña prendas de vestir.
Max Alexander ha encontrado en las redes sociales una gran comunidad digital que admira y apoya su labor, además de resaltar su talento para el diseño. Pero no cabe duda de que su mayor apoyo ha sido su madre, Sherri Madison, quien está junto a él tras cada confección y proceso de creación para velar por su seguridad y también para que encuentre en ella un respaldo.
Hace poco, la mujer habló sobre su hijo en una entrevista para la revista People y allí reveló detalles de lo que ha significado este ‘trabajo’ para ella y especialmente para Max desde que empezó a hacerlo: “Max estaba muy serio, sin reírse. Luego le pregunté: ‘¿De qué estás hablando?’ y él sólo me dijo que era modista”, comentó Sherri para la revista. Añadió que el primer maniquí del niño había sido de cartón. Tras esto, Max “simplemente comenzó a hacer vestidos” con mucha precisión. Fue entonces cuando sus padres vieron que tenía algo muy especial.
Madison resaltó que ella y el padre del joven modisto se preocuparon por un momento, pues era muy pequeño para estar mostrando esos dones y querer trabajar en ello: “Pensé que era demasiado joven porque solo tiene cuatro años, pero saqué mi máquina, lo senté en mi regazo y le dije: ‘No toques nada, solo mírame’. Probablemente fue dos semanas antes de que estuviera de pie. Estaba cosiendo muy rápido. Poco después de eso, superó mis habilidades, así que lo puse en una clase, en un taller de costura local”.
El futuro de Max se ve brillante y muy prometedor, incluso tiene en mente seguirle los pasos a uno de los diseñadores más grandes de la historia: “Él quiere ser el jefe de la casa de Gucci o quiere tener su propio taller, ‘Couture to the Max’ Esa es realmente la parte inusual que me impresiona, es el compromiso de un niño tan pequeño y su verdadera pasión de querer hacer que las personas se sientan hermosas”, concluye la madre del pequeño.