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En los últimos años, la moda colombiana ha visto nacer —y crecer— a un gran número de diseñadores y marcas que gracias a su identidad propia, ideas frescas y propuestas diferenciales, están viviendo un crecimiento exponencial dentro y fuera del país. Nuestros periodistas de Fucsia hablaron con ellos.
El bogotano Yeisson Rubiano habla de manera apasionada de su vida. Se graduó como diseñador gráfico de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, donde también estudió algunos semestres de Diseño Industrial y aprendió, de forma autónoma, el diseño de moda. Su inspiración proviene de diversas fuentes y figuras, de cuerpos, hongos, animales y ansiedad. El nombre de su marca, Curuba, tiene su raíz en sus recuerdos de infancia. Cuando era niño arrancaba este fruto de las plantas sembradas en la casa de sus abuelos.
Sus prendas genderless (sin género) reafirman su postura: “la moda debe ser democrática”, y ya se venden en México. Yeisson ama el tejido clásico (“el de las abuelitas”), pero lo convierte en piezas disruptivas ahogadas en color. El arcoíris es la paleta de la marca —aunque él prefiere vestir de negro—. Una manga no es igual a su par; la derecha ya no es gemela de la izquierda, ahora es, polémicamente, su prima, “pero tienen su simetría”.
Desde muy niño, el diseñador gráfico medellinense Simón Bermúdez se sintió atraído por la estética del streetwear, típica de los raperos y los reguetoneros. Siguiendo los pasos de las exitosas marcas independientes de Estados Unidos, decidió darle vida a la suya: Undergold, con la que esperaba vestir a los artistas más relevantes de estos géneros musicales.
Los estudios de mercado, las investigaciones sobre las nuevas tendencias, la forma de comunicarse con su posible público, todo lo aprendió a través de su móvil, con el que revisaba las redes sociales, las páginas y las estrategias de los emprendedores que admiraba. Su indagación fue exitosa. Al poco tiempo su ropa atrajo la atención de J Balvin, Piso 21, Manuel Turizo y Karol G, entre otros músicos reconocidos.
En 2018, Undergold tuvo su primer desfile en el Fashion Week México y desde entonces es un referente del streetwear en nuestra región. El trabajo de Simón, quien es egresado de diseño de la Colegiatura, es impecable a nivel conceptual y sus creaciones, como siempre lo quiso, privilegian la comodidad sin dejar de lado el lujo.
Cada poro de la boyacense María Fernanda Useche transmite pasión y orgullo por su marca, aunque en ocasiones le cuesta creer todo lo que ha conseguido. En 2015 esta ingeniera industrial abandonó su trabajo en una compañía petrolera y comenzó un nuevo sueño en su pueblo natal, Guateque.
Ahí fundó Armantia, una marca de vestidos de baño que encuentra su inspiración lejos de las playas del Caribe y cerca de los ríos y de la riqueza cultural de Boyacá. El nombre de este emprendimiento nace de la palabra “armante”, la estructura base de un canasto. Cada pieza es elaborada por artesanas de la región, se nutre de materias primas locales, cuenta con fibras naturales y es el resultado de procesos sostenibles.
Humberto Cubides Beltrán nació en Barbosa, Santander, pero tiene las tendencias del mundo en su cabeza. En 2015 fundó Cubel, una marca que se caracteriza por sus prendas arriesgadas, que tratan de sacar al hombre de su zona de confort. El nombre sale de juntar las primeras sílabas de sus dos apellidos.
Es un amante del color negro, al que la mayoría de la gente asocia con la oscuridad. Sin embargo, su apreciación es diferente, esa supuesta “oscuridad” es en realidad el resultado de una intensa luz, la misma luz que, según él, irradian las piezas que confecciona. La estética de Cubel se alimenta de múltiples referentes. En su ropa se mezcla la esencia de culturas prehispánicas con detalles que evocan, por ejemplo, a los samuráis japoneses.
Así es Humberto, un diseñador santandereano que transforma la tradición milenaria en vanguardia. “La base de mis creaciones es la artesanía tradicional, pero en el proceso de elaboración, esa fuerza clásica la combino con técnicas e intervenciones más modernas”, explica. Suena simple, pero no es fácil de explicar en tan pocas líneas. Ahí están sus prendas para entenderlo mejor.
La bogotana Francesca Sesana Arbeláez es la creadora de la marca femenina A Modo Mio. “Más que prendas, mis diseños son mensajes”, explica. Sobre las telas de sus piezas pueden leerse frases escritas con la tipografía de su padre, el italiano Giovanni Sesana.
Desde pequeña quiso ser artista. Al crecer descubrió que podía expresarse a través de la moda. Sus diseños llevan la esencia de muchas vivencias que la marcaron, como el secuestro de su papá. Además, busca impactar con su ropa en quienes la visten y en las mujeres cafeteras que la confeccionan.
A su manera, la hija de Giovanni y de la paisa María Claudia Arbeláez espera que cada frase y cada prenda, llenas de amor y rebeldía, acompañen a “las mujeres que no quieren pasar desapercibidas y que entienden que está bien no encajar en la sociedad”.