Cada prenda cuenta una historia, desde los cortes audaces hasta los tonos cautivadores.
John Glaser y Erika Okvist, dos nombres que han elevado la experiencia visual de la tercera temporada de “Bridgerton” en Netflix. Con su talento, han sumergido a los espectadores en la exquisita época de la Regencia, donde los vestuarios son una obra de arte en sí mismos y el maquillaje es una expresión de elegancia y sofisticación. Desde los intricados detalles de los trajes hasta la sutileza de los tonos en los rostros de los personajes, Glaser y Okvist han capturado la esencia de la era con maestría.
Su trabajo no solo ha impresionado a los seguidores de la serie, sino que también ha revitalizado el interés en la moda y el estilo de la época. Con su habilidad para transportarnos a un mundo de romance y lujo, estos dos artistas han dejado una marca imborrable en la tercera temporada de “Bridgerton”.
Colin emerge como un verdadero caballero, con una transformación que ha dejado a todos boquiabiertos. Su estancia en París parece haber dejado una huella imborrable en su estilo y porte, revelando una masculinidad más pronunciada y una elegancia aún más refinada. Sin embargo, si hay alguien que ha deslumbrado con su metamorfosis, esa es Penélope. Entre todos los detalles que han capturado nuestra atención, hay uno que destaca por su sutileza pero que encierra un profundo significado. Los cortes de su vestido.
Ahora, en lugar de lucir el estilo imperio en la mitad del pecho, como solía hacerlo, ha optado por un corte bajo el pecho. Este cambio no es meramente estético; representa una declaración audaz y una afirmación de su propia identidad. Penélope ya no se esconde en las sombras de su madre, sino que emerge como una mujer segura y empoderada, lista para enfrentar al mundo con determinación y gracia. Su evolución no pasa desapercibida, sino que brilla con luz propia, desafiando las convenciones y conquistando el corazón de todos aquellos que tienen el privilegio de cruzar su camino.
Desde la producción han dejado claro que, si bien mantienen la esencia de la estética de la Regencia que ha cautivado al público en estos últimos años, esta vez se aventuran por un camino inesperado: ¡la influencia de las divas de Hollywood! En particular, se inspiran en la icónica Rita Hayworth, con sus rasgos esculpidos y su cabello largo y ondulado.
Resulta que lucir la melena suelta en dicha época era romper con las reglas establecidas. Las mujeres solo se permitían ese lujo en la intimidad de sus hogares, para descansar lejos de las miradas ajenas. Sin embargo, Rita desafía estas convenciones al presentarse en los paseos matutinos y en los bailes con su deslumbrante pelirroja cabellera cayendo sobre sus hombros. Es una declaración de poder y autoestima que deslumbra a todos los presentes.
Este giro inesperado promete añadir un toque de frescura y modernidad a la ya encantadora estética de la serie, llevándonos en un emocionante viaje a través del tiempo y el glamour de Hollywood.
El evento más comentado de la serie sin duda alguna es el baile celebrado en la fastuosa mansión de los Bridgerton, donde todos los ojos se posan en un espectáculo de color y elegancia: el impresionante vestido verde esmeralda que luce la protagonista. Es la primera vez que abandona los vivos colores cítricos que la caracterizaban para sumergirse en tonalidades de verde y azul, captando así todas las miradas de los presentes. Este diseño está impregnado de significado y marca el inicio de una nueva era para ella.
Pero más allá del color, tanto el tejido como la silueta del vestido desempeñan un papel crucial en esta transformación. Y aunque los guantes semitransparentes podrían parecer un simple accesorio, son un elemento esencial en esta evolución, al revelar sutilmente la figura de nuestra protagonista. Algunos incluso sugieren que su entrada triunfal por las escaleras, mientras se despoja de la capa, está inspirada en la icónica escena de la comedia romántica de los noventa, “Ella es así”.