La moda va más allá de usar ropa bonita, en algunos casos, puede utilizarse como una forma revolucionaria de llamar la atención y visibilizar una cruda verdad.
El covid-19 parece haber pasado de moda en los últimos meses, o eso es lo que muchos podrían llegar a pensar debido a la aparente normalidad que se ha estado viviendo. Pero la realidad es que no se ha ido y sigue dejando muchos males a su paso.
Las crisis que vivió el mundo desde finales de 2019 y en el 2020 fue algo sin precedentes en la historia reciente. Un virus que pusiera en riesgo a la población mundial no era algo muy común por esos días.
El caos, los confinamientos, las dudas, las muertes y la enfermedad misma puso a prueba a la humanidad, que se vio arrojada a enfrentar una situación completamente diferente en esta época de avances y descubrimientos tecnológicos.
Pero más allá del desolador panorama que vivía la humanidad, había otra víctima de la pandemia: el medioambiente. Por un lado, la falta de personas contaminando el mundo le dio un pequeño respiro a la naturaleza. Una pausa que rápidamente se opacó ante el acelerado uso de elementos de bioseguridad, especialmente, los tapabocas.
La absurda cantidad de tapabocas en todas partes se convirtió, prácticamente, en una plaga. Los océanos, ríos, bosques, parques y calles se llenaron de estos pequeños objetos que poco a poco aparecieron en cada rincón del planeta.
Esta es una alarmante situación que ha llamado la atención del diseñador italiano Tobia Zambotti, quien decidió reaccionar ante la crisis ambiental que desencadenó la pandemia. ”Hace un año empecé a recolectar los tapabocas de las calles de Reikiavik, unos meses después ya había recolectado 1500 máscaras”.
El diseño del abrigo estuvo a cargo de Zambotti y Aleksi Sastamoinen, este último es un diseñador de modas finlandés. El proceso inició con la desinfección con gas de ozono y lavados a altas temperaturas.
Tras el proceso de limpieza, empezaron las ideas para resaltar la crisis ambiental a través de una prenda de ropa. Los encargados querían que los tapabocas fueran visibles en toda la chaqueta. Para ello, usaron una tela no contaminante, resistente y transparente.
Como explica el diseñador italiano, el abrigo refleja, literalmente, “la absurda y ridícula contaminación por la pandemia que puede ser más peligrosa que el mismo virus”. Para Zoambotti no podemos descuidar el medioambiente e ignorar una crisis de esta magnitud.
La chaqueta hecha con tapabocas utilizados para la emergencia sanitaria por el covid-19 simplemente se volvió viral. Esta pieza de arte textil viajó por el mundo y se expuso en diversas partes del mundo. A cada lugar al que llegaba, marcaba su claro mensaje: contaminación en tiempos de pandemia.
Más allá de ser un reflejo del problema ambiental, el Coat-19 busca inspirar la creatividad de las personas con respecto a la reutilización de las mascarillas. Tobia Zambotti expone que la cantidad de estos objetos es alucinante y se debe hacer algo al respecto.
El diseñador también explica que los tapabocas tienen un potencial importante en diversas industrias, no se puede quedar en algo de un solo uso. Las mascarillas, al pasar por el proceso de desinfección y el apoyo adecuado, pueden ser reutilizadas para múltiples proyectos creativos.