Según la tradición recibir el nuevo año con este color de ropa asegurará éxitos en el futuro
Durante años se ha creído que se debe tener ropa interior amarilla, incluso ponérsela al revés, para que el efecto sea mayor en las festividades de final de año.
En varios países de Latinoamérica desde tiempos remotos se ha considerado el amarillo como el color que indica nuevos comienzos al representar el sol, la eternidad y la energía vital.
De igual forma, en algunas culturas este color es valioso porque representa el oro como símbolo de riqueza y como signo de fertilidad. Por eso, la finalidad de recibir el 1 de enero con alguna prenda amarilla o dorada es atraer la prosperidad y la abundancia.
La idea de usar lencería de color amarillo proviene de Asia y con el paso del tiempo se ha trasladado a varias partes del mundo incluida América Latina. Se cree que por el hecho de que la ropa interior está pegada al cuerpo, esta hace que las buenas energías que estamos esperando para el siguiente año se nos adhieran al cuerpo.
Para los colombianos, la ropa interior amarilla es uno de los agüeros más representativos dado que puede augurar un año nuevo lleno de dinero, buenas oportunidades y positivismo.
Esta tradición unida al hecho de colocarse al revés las prendas íntimas auguran suerte y prosperidad para quienes reciben el nuevo año especialmente para quienes lo hacen por casualidad y sin ser plenamente conscientes de esto.
El amarillo es el color principal del Año Nuevo. Por eso, su uso no solo se limita a la ropa, sino también aparece en piñatas, velas, alimentos, decoraciones del hogar, entre otras cosas. Todo con la finalidad de captar las buenas energías para el nuevo año que inicia.
Esta tradición proviene de la cultura asiática y ha sido trasladada a diferentes partes del mundo, incluido Latinoamérica. Sin embargo, en ciertas culturas la connotación de esta tonalidad varía. Aquí te mostramos algunos ejemplos:
Los ritos de fin de año son antiquísimos y los pioneros en estos rituales fueron los celtas, quienes realizaban este tipo de actividades exactamente antes de finalizar el año, tanto como para agradecer como para esperar buenas cosechas por parte de sus deidades.