Fucsia te cuenta cómo utilizar el ojo turco y potencializar su protección contra las malas vibras
Desde tiempos inmemorables al ojo turco se le ha atribuido su propiedad de protección contra las malas energías. Pero para que realmente tenga los efectos que esperas debes tener en cuenta ciertas recomendaciones sobre su uso y la simbología que encierra.
Su nombre original es ‘nazar boncuğu’, del idioma turco, que significa abalorio del mal de ojo. Este amuleto tiene un valor simbólico y energético y por eso es considerado como un elemento protector. Según la tradición, que se remonta a los tiempos del antiguo Egipto y Babilonia, debido a que los malos sentimientos del ser humano se proyectan a través de los ojos, pues estos son la parte más expresiva del cuerpo.
Cuando llegue este amuleto a tus manos debes verificar, primero, que todo esté limpio, es decir, que no lleve ninguna energía extraña. Una vez realizado este paso, tendrás que activar su energía protectora para que comience a hacer su trabajo.
Para limpiar el ojo turco se debe lavar con agua y sal o bien con agua y jabón, también se puede usar incienso, ya que lo que se busca es liberarlo de cualquier energía mala. Lo siguiente será activarlo, para ello, sigue los pasos recomendados en portal laverdadnoticias.com:
Es muy común colocar el ojo turco en tu casa o en tu automóvil. Sin embargo, hay personas que deciden llevarlo consigo, lo que también está bien.
Basta con colocarlo en el cuello, la muñeca o el tobillo. Es común encontrarlo en pulseras o collares y su principal objetivo es proteger contra las intenciones destructivas o malas energías.
En algunas ocasiones se suele colocar en la cuna de los recién nacidos para alejar de ellos las malas vibras.
El ojo turco está formado por una serie de círculos concéntricos que suelen ser, de dentro hacia fuera, negro o azul oscuro, azul claro, blanco y azul oscuro. No obstante, los colores podrán variar según la intención con que se lleve el amuleto. Tradicionalmente, son elaborados a mano.