La NASA desmiente rumor generado en redes sociales
El runrún llegó con el 2023 con el que se afirmaba que los signos zodiacales cambiarían de 12 a 13 y que tendríamos un nuevo signo en el horóscopo conocido como Ofiuco.
Esto haría que las fechas de todos los demás signos cambiaran, haciéndose sus periodos más cortos para darle espacio al signo nuevo. Pero esto no es cierto, no tiene ningún fundamento y, de hecho, la agencia espacial estadounidense lo ha desmentido.
En el nuevo calendario que se viralizó en redes proponía que los periodos de cada signo duraran menos tiempo que en 2022, que era un mes. De esta forma, Ofiuco se interponía entre Escorpio y Sagitario.
Todo fue producto de una falsa noticia, pues la NASA señala que ya existía hace 3000 años y que no va a cambiar a ningún signo zodiacal ni a modificar el orden de Acuario, Piscis, Aries, Tauro, Géminis, Cáncer, Leo, Virgo, Libra, Escorpio, Sagitario y Capricornio.
Ya en 2016 y 2020 la NASA había desmentido este hecho señalando que Ofiuco es una constelación descubierta por los babilonios hace 3000 años y que al crear el calendario zodiacal no se tuvo en cuenta. De hecho, esta misma civilización fue la que decidió prescindir de Ofiuco y quedarse con los otros doce signos.
Los nombres de los signos del zodiaco son los mismos que los que llevan ciertas constelaciones. En muchas ocasiones vienen dados para recordar a deidades antiguas, como es el caso de Ofiuco, llamada así en honor a Asclepio.
De acuerdo con la mitología griega, Asclepio era hijo de Apolo y Coronis de Larisa. Este fue criado con el centauro Quirón, un médico muy reconocido de la época, quien le enseñó todas las artes de la medicina. Con el tiempo, Asclepio fue capaz de curar cualquier enfermedad y revivir a los muertos, sin embargo, el dios Zeus lo mató con su rayo por culpa de este poder y la inseguridad que le creaba.
De acuerdo a las evidencias científicas, Ofiuco existió como una de las 13 constelaciones que rodean al Sol, pero a nivel astronómico no se puede vincular con ningún papel zodiacal, puesto que no hay argumento científico que lo afirme.
Finalmente, la NASA ha hecho énfasis que en sus investigaciones se estudia astronomía, no astrología. Y es que, la segunda, además de que no es una ciencia, funciona para estudiar cómo las posiciones de las estrellas y los planetas pueden influir en los acontecimientos humanos.