Más allá de los famosos Moái puede disfrutar de otros encantos.
Después de dos años durante los cuales la mayor parte de la población mundial estuvo encerrada debido a la pandemia causada por el covid-19, momento durante el cual el turismo se vio bastante perjudicado, finalmente los ciudadanos del mundo han retomado sus viajes.
Ahora que las restricciones han disminuido, los apasionados por conocer, turistas de todo tipo, mochileros, nómadas, entre otras personas cuyo estilo de vida es viajar, pueden visitar algunos de los lugares que más llaman el turismo.
Lo cierto es que en Latinoamérica hay una gran cantidad de espacios relevantes y que vale la pena visitar si se está recorriendo este lado del mundo, y precisamente, uno de ellos es la Isla de Pascua, ubicada en Chile, cuyo nombre nativo es Rapa Nui, que en español significa “Isla Grande”.
Para nadie es un secreto que, al escuchar este nombre, más de uno se imagina a los famosos Moaí, unas impresionantes esculturas en piedra que habrían sido talladas por los locales y que año tras año reciben a millones de interesados en la historia y la cultura.
Aunque es la atracción principal del lugar, esta no es la única actividad que se puede llevar a cabo, pues según la página de la isla “Imaginarapanui”, hay gran variedad de actividades con las que los turistas pueden divertirse.
La primera de estas tiene mucho que ver con los Moái, pues la isla está llena de lugares y restos arqueológicos, la mayoría elaborados en piedra volcánica. Incluso hay tours que pueden hacer los visitantes en los que, además de no perderse ninguno, pueden hacer senderismo o ciclomontañismo.
La isla ofrece turismo de aventura, pero también es un destino para relajarse y desconectarse del día a día, por eso, otra de las actividades que puede brindar un poco de adrenalina es el buceo y otros deportes acuáticos como el surf y realizar snorkel.
Para los menos arriesgados siempre existe el plan de pasar un día relajado en la playa, disfrutando del mar, de la arena y del clima. Por otro lado, una tarde de caminata o ver el atardecer entre los Moái también es un plan que nadie puede perderse.
Finalmente, también es un excelente lugar para aprender un poco más sobre la cultura de los nativos de la isla, quienes tienen tradiciones específicas e historias sobre la Isla de Pascua, conocimiento que buscan pasar de generación en generación.