Después de unas merecidas vacaciones, tu piel pide a gritos un cuidado facial para que la hidrates y así lograr disminuir los efectos del sol, la playa, la piscina y el sudor.
Y es que es un hecho, el sol, el cloro de la piscina y la sal del mar resecan, deshidratan e irritan la piel del rostro, así como las mucosas. Por otro lado, el cloro puede alterar la flora bacteriana cutánea y propiciar problemas de dermatitis y acné. Por su parte, la sal es astringente, así que puede estimular la producción de grasa cutánea.
Pasos para cuidar la piel
De acuerdo al portal www.foreo.com, estos son unos buenos consejos que puedes seguir para mejorar el estado de tu piel:
- Agua, agua y agua. La hidratación es, más que recomendable. Por eso tras tomar el sol, un buen vaso de agua es el primer paso para devolverle a tu cuerpo y tu piel la hidratación que necesita.
- Refresca la piel. Guarda en la nevera agua celular para vaporizarla sobre tu cara en cuanto llegues de la playa o la piscina: la refrescará y calmará.
- Realiza una limpieza facial. Una piel sana empieza con una piel libre de impurezas. Tras una jornada de playa o piscina, debes retirar los restos de sudor, cremas solares, salitre, arena, cloro. Regálale a tu cara una limpieza profesional, suave y profunda.
- Utiliza un sérum. Con la piel bien limpia, extiende un par de gotas de sérum por el rostro. Es muy aconsejable utilizarlo como parte de la rutina facial tras tomar el sol. Esto aporta luminosidad a la piel.
- Aplica una crema nutritiva. Selecciona una crema con ácido hialurónico para aportar a tu piel la hidratación que necesita para recuperarse.
- Regálate vitaminas. Tras un día de sol o playa, también puedes cuidar tu piel desde dentro con un batido o zumo refrescante hecho a base de verduras y frutas frescas.
- Hidrata la piel. Ilumina tu cara con mascarillas. Esto te quitará muy pocos minutos y verás verdaderos resultados en tu piel.
- Exfoliación semanal. Una de las claves para lograr la recuperación rápida de tu rostro es eliminar las células muertas. Esta exfoliación no solo servirá para limpiar de impurezas, sino que ayudará a que tu bronceado sea mucho más parejo.
Evita los exfoliantes químicos que pueden generar fotosensibilidad cutánea y elige exfoliantes enzimáticos o mecánicos de arista suave. Ten en cuenta que este procedimiento es mejor realizarlo una vez a la semana y en la noche para que la piel no se maltrate.