Te indicamos que consecuencias puede tener para tu salud la abstinencia sexual
Cada quien es libre de decidir cómo llevar su vida sexual y qué tan activo se quiere permanecer. Para algunas personas, priman las razones voluntarias, como pueden ser las creencias religiosas, pero para otros la falta de relaciones activas es totalmente involuntaria como la presencia de ciertas enfermedades, el duelo por la pérdida de una pareja o la distancia, entre otros.
“Cuando la falta de relaciones sexuales es de tipo voluntario, los efectos colaterales son menores que cuando no es así”, afirma Carmen Bermejo Romero, psicóloga clínica y sexóloga.
Según afirma el portal eldiario.es, estos son algunos aspectos que se deben considerar cuando no se tienen relaciones sexuales:
Esto se debe a que cuando una persona practica relaciones sexuales, su cerebro libera endorfinas y oxitocina, sustancias que generan un efecto analgésico y sensación de bienestar. Esto se convierte en una gran ventaja cuando se tiene sexo siempre y cuando sea de mutuo acuerdo.
Si la relación de pareja no está bien o si el sexo es solo una búsqueda de otra cosa (de cariño, de llamar la atención, de obtener algún tipo de reconocimiento social, de ocultar otros problemas, de lograr un embarazo), la propia actividad sexual puede tornarse la causa del estrés y, en ese caso, la pretendida solución podría resultar peor que el problema.
“La sexualidad es vital para el sentimiento de autoestima de las personas, para la sensación de que la vida vale la pena. Nunca hemos encontrado a nadie con una baja autoestima en el momento del orgasmo”. Así lo explican la psicoterapeuta Dossie Easton y la sexóloga Janet Hardy en su libro Ética promiscua (Ed. Melusina, 2013).
La falta de sexo no hace que el cuerpo dé señales de que lo necesita, sino que el deseo se va apagando hasta desaparecer. Es decir, la libido se canaliza en otras actividades y el deseo sexual se inhibe.
Un estudio realizado en 2004 reveló que las personas con una vida sexual más activa producen niveles “significativamente superiores” de inmunoglobulina A, el principal anticuerpo presente en las secreciones de las mucosas del cuerpo, como la saliva, las lágrimas y las producidas por el aparato respiratorio y gastrointestinal.
Por lo anterior, se podría considerar que la falta de actividad sexual influye en nuestro sistema de defensas.
El portal hace referencia que hasta no hace mucho se pensaba que la neurogénesis (es decir, la producción de neuronas nuevas) era algo que sucedía solo en la niñez, pero ahora se sabe que sucede durante toda la vida y que las relaciones sexuales contribuyen a tal actividad.
“Tener sexo con tu pareja fortalece el vínculo, porque de esa forma hay más comunicación y más afecto”, indica María Martínez Murillo. Añade que, por el contrario, “las parejas que no tienen sexo sienten que hay un distanciamiento”.
La vagina en sí es un músculo y como cualquier otro necesita mantenerse activo. Si no entra en funcionamiento regularmente, aparece una pérdida de tono e influye en la atrofia vaginal.
En definitiva, una vida sexual saludable torna más probable el bienestar general de la persona, algo que la falta de sexo pone en riesgo. La doctora Martínez Murillo aclara, no obstante, que “más sexo no necesariamente equivale a más felicidad”. “