Marisa Lacouture es autora del libro «En tu amor encontré mi hogar. Testimonio de una madre adoptiva».
Según el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) en 2021, la cifra de adopciones promedio fue de entre 1000 y 1300 casos. Una cifra significativamente menor en comparación con datos de los años 90, cuando la media anual era de entre 2500 y 3000 adopciones.
Las razones detrás el decrecimiento de estas cifras son variadas, desde la demora en el tiempo de aprobación hasta el estigma tan marcado que sigue existiendo frente a la adopción. Para hablar sobre el tema, Fucsia conversó con Marisa Lacouture, autora del libro En tu amor encontré mi hogar. Testimonio de una madre adoptiva, en el cual narra a través de un crudo y real testimonio su historia como madre adoptiva de dos hijos.
Fucsia: ¿Para ti qué significa ser madre?
Marisa Lacouture: Ser madre es lo que hice yo. Yo tengo a mis hijos en mi corazón desde antes de que nacieran, desde que nos hacíamos los tratamientos de fertilidad con mi esposo, cada vez que no resultaban esos tratamientos era la tristeza más profunda. No es necesario tener hijos biológicamente para ser madre. Ese es el mensaje principal. La gente cree que tienen que existir vínculos de sangre para ser padre o madre, pero no es así.
F: En tu libro hablas sobre la infertilidad, ¿cómo hacer las paces con ese tema?
M.L.: La gente espera que las cosas deben ser de una sola manera. Piensan que el hijo debe ser biológico o piensan que las mujeres se deben casar a los 30. Esos son cosas que hay que empezar a romper. Todo lo que nosotros hicimos fue perfecto. Adoptamos cuando teníamos que hacerlo, si no ellos dos no estarían con nosotros.
Hoy en día el consejo que le doy a las personas que sufren de infertilidad es adoptar sin pensarlo. No hay necesidad de sufrir tanto y pasar tanto tiempo haciéndose los tratamientos, no hay ninguna diferencia en que tu hijo sea biológico o no biológico.
F: ¿Cómo llevaron el tema tus hijos?
M.L: Las adopciones en Colombia son cerradas y continúan siendo cerradas. Es decir que los niños pueden abrir su folio hasta los 18 años. Cuando Fernando Andrés, mi segundo hijo, quiso abrir su folio a sus 18 años, yo estuve dispuesta a acompañarlo a buscar y a indagar su pasado. Mi hija, por ejemplo, no ha querido hasta el momento abrir su folio.
F: ¿Cómo inició la idea de escribir un libro sobre tu experiencia como madre adoptiva?
M.L: Inició porque yo sentía que las otras madres no hablaban con naturalidad sobre el tema, como yo lo quería hacer, porque cuando llegaba el niño y se nos acercaba algunas personas se quedaban calladas, como diciendo ‘no hablemos de eso delante de él’. La idea inicial de mi libro eran diez testimonios de diez madres adoptivas en Colombia y no las pude conseguir porque no querían hablar. Me decían que no pusiera sus nombres. Por eso decidí contar mi historia y dar mi testimonio como madre adoptiva, porque yo nunca encontré material sobre la adopción, ni un manual o un libro, nada que me ayudara.
Yo tenía mil dudas y preguntas, cómo le voy a decir a mi familia, cómo lo van a manejar, cómo se crea un vínculo afectivo con un niño que no salió de ti. Tenía tantas dudas y no tenía respuestas en ninguna parte. A través de mi libro quiero ayudar a otras mujeres a entender la adopción como lo que es realmente.
F: ¿Qué mensaje podrías darle a las familias que quieren adoptar, pero tienen miedo de hacerlo?
M.L: Yo adopté en Bogotá hace 25 y 27 años en Fana, la institución que me dio la posibilidad de ser mamá. Mis dos hijos están agradecidísimos con la institución. Mi mensaje es que no tengan miedo. Hay que dejar atrás los mitos que rodean la adopción, esos que dicen que el niño puede salir con problemas o que van a ser desadaptados, eso también puede ocurrir con hijos biológicos. Esos temores que nos han metido en la cabeza no tienen fundamentos.
Fucsia: ¿Cómo ves el panorama de la adopción en Colombia?
M.L: En mi libro, además de contar mi testimonio, yo quiero llamar la atención sobre otros temas, por ejemplo, por qué los colombianos no quieren adoptar niños mayores, sino sólo bebés recién nacidos. En Colombia hay niños con características especiales, mayores de 10 años, con algún tipo de enfermedad y nadie los quieres adoptar. El objetivo es lograr que cada vez haya más adopciones de niños grandes también y que la ley facilite esas adopciones.
A lo largo de cada uno de los capítulo del libro Marisa Lacouture aborda con gran naturalidad el tema de la adopción y demuestra que no hay razón para que un acto de amor tan grande sea motivo de vergüenza. Marisa narra cómo la adopción se ha convertido en su mayor orgullo y el mecanismo para lograr tener la familia que siempre había soñado junto a su esposo. La autora es madre de María Isabel y Fernando Andrés.
En el libro la autora narra cuáles fueron los principales retos y dudas a las que se enfrentó durante la crianza; la importancia de una comunicación asertiva y constante, y cómo, sin ayuda de la biología, construyó una familia unida y feliz desde el amor incondicional y la exaltación de las diferencias.