El cuidado de la piel en el embarazo es uno de los aspectos que se deben tener en cuenta, pues ante los cambios a nivel inmunológico, endocrino, vascular y metabólico, la piel se vuelve muy susceptible a estas alteraciones.
La variación en los niveles hormonales es la causante de una amplia gama de cambios que van desde las estrías y el acné, hasta el oscurecimiento de la piel. De ahí la importancia de adoptar una rutina de cuidado facial y corporal que se adapte a esos nuevos cambios y proteja el rostro de la futura mamá.
Cambios de la piel durante el embarazo
- La hiperpigmentación. Durante el embarazo se produce u aumento de la melanina, por lo tanto, nos volvemos más propensas a las manchas y al oscurecimiento de la piel y se puede acentuar con la exposición al sol excesiva o sin protección solar.
- Con el aumento de peso llegan inevitablemente las estrías. Por eso es importante mantener la piel bien hidratada. En la mayoría de los casos surgen en el abdomen o en los senos, pero pueden hacerlo también en nalgas y caderas.
- Acné: lo más habitual es que se produzca en los primeros momentos del embarazo, especialmente en aquellas mujeres en las que la menstruación venía precedida de la aparición de erupciones cutáneas en la cara. Sin embargo, en algunas mujeres que ya tenían acné antes de quedar embarazadas, este mejora durante la gestación.
- Piel brillante: la piel adquiere un brillo especial durante el embarazo por los cambios hormonales provocan que las glándulas sebáceas de la piel produzcan más grasa y por el aumento del flujo sanguíneo en el epitelio, que incrementa la oxigenación de las células cutáneas.
- Palmas rojas por el aumento de la concentración de estrógenos.
- Arañas vasculares: al aumentar el flujo sanguíneo pueden aparecer en diferentes partes del cuerpo, incluida la cara. Pero desaparecen después del parto.
Cuidado de la piel durante el embarazo:
Estos son algunos consejos prácticos para cuidar la piel en el embarazo de acuerdo al portal hacerfamilia.com:
1. Procura no exponerte al sol.
2. No tomes bebidas alcohólicas.
4. Intenta tomar poco café.
5. Descansa de 8 a 10 horas diarias.
6. Procúrate una alimentación rica en vitaminas y sales minerales.
8. Hidrata las zonas comprometidas con cremas específicas.
9. Date baños de agua fría si tienes problemas de circulación.
10. Bebe al menos un litro de agua al día.