Famosos como Camilo y Evaluna han puesto sobre la mesa el debate sobre una crianza diferente a la norma en la que se le asigna a los hijos el género no bianrio para que sean ellos mismos quienes al crecer puedan decidir sobre su identidad. ¿Qué tan positivo o negativo es este modelo para los niños?
La crianza es uno de los procesos más importantes para los niños y más retadores para los padres, pues de allí depende cómo el desarrollo de niñas y niños. En ese sentido, es fundamental para los padres que se tengan en cuenta muchos factores desde los juegos que se les enseña a los menores, hasta los lugares que se escogen para su educación o desarrollo.
En las últimas semanas mucho se ha empezado a hablar sobre un método o modelo novedoso en el que los niños crecen de manera “más libre” bajo la creencia de que es mejor no imponer ningún género a los menores para que sean ellos mismos quienes con la enseñanza y el autodescubrimiento decidan cómo se sienten más identificados.
La famosa pareja Camilo y Evaluna, recientemente padres, han generado toda una discusión alrededor del tema, pues incluso desde antes del nacimiento de su primogénita Índigo, ellos ya daban señales de cómo preferirían llevar su paternidad y maternidad respectivamente.
Para empezar, la pareja decidió en el embarazo darle un nombre de género neutro a su hija porque en realidad no les importaba si biológicamente era niño o niña. De hecho, en una entrevista durante el embarazo dejaron claro que “sea varón o sea niña se va a llamar Índigo, es una palabra que representa muchísimo para nosotros. No es solo el nombre de un color, que nos encanta, sino una presencia de luz que lleva milenios en la humanidad”.
Sin embargo, recientemente se conoció que no solo se trataba del nombre, ya que también han optado por criar a la pequeña bajo el género no binario causando confusión en muchos internautas que no comprenden cómo es posible que siendo cristianos elijan esta denominación tan liberal para una niña que ni siquiera se puede comunicar.
Para aclarar esta y más preguntas, Fucsia conversó con Fernanda Restrepo, especialista en crianza y parentalidad de la Universidad de Harvard en protección de derechos de infancia y del Banco Interamericano de Desarrollo en el diseño de políticas efectivas de desarrollo infantil. Además, la experta también es la directora del proyecto social ‘Ni una palmadita’, con el que instruye a madres y padres sobre crianza respetuosa, sin violencia, pero con límites.
Durante la conversación nos explicó que para empezar a hablar de lo que es este método que tanto Camilo y Evaluna como otros padres quieren o ya han empezado a implementar, hay que tener claros varios conceptos básicos.
En primer lugar, es importante entrar a definir sexo y género para establecer una distinción entre los dos conceptos, ya que es común que se intercambie uno por otro. Adicionalmente, hablaremos de la orientación sexual, pues se cree que esta se establece por el sexo o que está estrechamente vinculada con la identidad de género, lo que también es una comprensión equivocada.
“El sexo va a estar determinado por las características biológicas, genéticas, sociológicas; todo lo que está biológicamente dentro de ti que te hace mujer, hombre o intersexo, porque tenemos este espectro grande”, explica Restrepo para Fucsia.
En ese sentido, continúa detallando que luego del nacimiento en el que se determina ese órgano genital que define el sexo, lo siguiente que se definirá es el género o la identidad del mismo que es algo que depende de cada individuo y de lo que internamente sienta.
“El género entonces van a ser esas normas sociales, como la sociedad dice que tú tienes que actuar pensar y sentir solamente porque tienes una vulva o porque tienes un pene. Entonces cuáles son tus órganos genitales ‘¡ah! estos, entonces se supone que tú tienes que pensar, sentir y te tiene que gustar esto o te tiene que gustar aquello y así es como tienes que dirigir tu vida’”, detalla la experta sobre el tema, agregando que estas construcciones en realidad terminan siendo un escenario de expresión o de represión que depende de la comprensión de los padres, que son los que guían la crianza en estos aspectos durante los primeros años.
Desde otro ángulo, la especialista destaca que ni el sexo ni el género definen la orientación sexual, ya que esta depende de la atracción que sienta el individuo por un sexo u otro. En este orden de ideas, la persona puede ser homosexual, bisexual o heterosexual, en el rango más básico de la orientación sexual. “Cuando ya entendemos la diferencia nos damos cuenta que por supuesto que el niño y la niña deberían poder escoger cómo sentirse, cómo pensar y que no esté esto (el género) impuesto por los órganos genitales que tiene, que no tienen que ver con la persona hacia la cual se va a sentir atraída románticamente o sexualmente en un futuro que ya estaríamos hablando de la orientación sexual”, mencionó Fernanda Restrepo en conversación con Fucsia.
A lo largo de la historia se ha creado una especie de manual que se podría decir está implícito a la hora de tener un hijo. Básicamente, esta construcción social ha implementado reglas como las de que los niños visten de azul y las niñas de rosado; que las niñas juegan con muñecas o la casita, mientras que los niños juegan con carros, con balones o a las peleas, desarrollando estereotipos de hombres fuertes y mujeres dedicadas al hogar.
Sin embargo, la realidad es que ninguno de estos objetos o juegos tienen género, por lo que tanto niños como niñas pueden usarlos. “La niña puede jugar con el carro y el niño puede jugar con las muñecas, de hecho los niños que juegan con muñecas está demostrado que son mejores padres, que son capaces de cuidarse a sí mismos mejor, que tienen una mejor salud al crecer”, detalla Restrepo.
Aunque, de acuerdo con la experta, este método de crianza definido como “género creativa, género fluida, género neutral” es aún muy nuevo en nuestra cultura como para decir si es positivo o negativo, ya que se empezó a implementar alrededor del 2010. Algunos estudios indican que en otras culturas nativas se práctica como el modelo principal y no genera ningún efecto negativo.
No obstante, hay que tener presente que en occidente aún existen muchos tabúes sobre el género y la manera en la que se expresa, por lo que la psicóloga destaca que es importante que los padres que se quieran lanzar a esta nueva manera de ver la crianza deben estar informados y preparados para las críticas y cuestionamientos que la sociedad les lanzará por no estar dentro de lo normativo.
“A las niñas y los niños y a toda la sociedad se les han impuesto roles solamente por ser mujeres o por ser hombres y por eso es que vivimos grandes procesos de violencia tanto contra las mujeres como contra los hombres. Tenemos más de 575 millones de niñas en el mundo que están viendo sus derechos vulnerados solamente porque son niñas”, mencionó Fernanda Restrepo destacando que una de las principales maneras de llevar este modelo es principalmente desde lo pedagógico, dejando claro que elementos como los juguetes y hasta los sentimientos no tienen género, pues existen la creencia de que llorar es para niñas y esto es bastante dañino para la manera en cómo los niños entienden sus emociones.
Según la experta, para criar a un niño de género no binario lo más importante es:
Finalmente hasta ahora no se puede saber si un adulto criado bajo este modelo es más feliz o más estable, o por el contrario es negativo ya que no hay datos científicos al respecto por la novedad del tema. Sin embargo, lo que sí está comprobado es que mucho de la crianza tradicional ha afectado a millones de personas dejándoles traumas, inseguridades y problemas para autoconocerse, por lo que tal vez este método podría ser una herramienta para mejorar la manera en la que los niños ven el mundo con más libertad y respeto.