El amor se puede acabar, pero las mascotas siguen en la vida de las personas.
En la actualidad las mascotas han tomado un papel fundamental en su relación con las personas y en los hogares. La concepción de que un animal es una gran responsabilidad hasta sus últimos días cada vez se hace más fuerte. Ante este panorama, muchas parejas optan por tener perros o gatos antes o en lugar de hijos, por ello, si la relación termina, aparece la incógnita, ¿quién se queda con la mascota?
Tener un peludo a cargo es una hermosa pero importante responsabilidad. Sus cuidados, necesidades y atención requerida deben convertirse en una prioridad en nuestra vida. Por ello, cuando se toma la decisión de tener una mascota, se debe tener claro que será por mucho tiempo y sin importar las condiciones y los cambios, su bienestar debe ser fundamental.
En este sentido, cuando la parejas deciden adoptar un peludo para compartir juntos, puede pasar que la relación termine entre ellos, pero el animal sigue siendo una responsabilidad en conjunto que se debe asumir.
En nuestro país no existe como tal una ley que regule la custodia parcial o compartida de las mascotas al momento de una separación. La situación de con quien se irá el peludo puede tener similitudes con los niños debido a la importancia que tienen en el hogar, sin embargo, al no existir formas legales de llegar a un acuerdo, ambas partes deben dialogar y establecer acuerdos que funcionen para los dos y que tengan como prioridad el bienestar del animal.
Aunque no hay nada estipulado, los animales en Colombia son considerados ante la ley como objetos de derecho. Esto es distinto a lo que pasa en otros países en los que se consideran sujetos de derecho, es decir, son seres vivos dotados de sensibilidad. No obstante, hubo un caso en 2019 que abrió el debate frente a este panorama.
En Medellín, un comisario reguló el régimen de visitas, la custodia y los gastos en alimento, salud, aseo y demás necesidades de un perro de raza labrador que tenía en una compleja situación a una pareja. Al final, ambas partes llegaron a un acuerdo junto al encargado del caso de tener la custodia compartida de su mascota.
Con lo anterior, se puede decir que mientras nada regule este tipo de situación en los hogares y las familias modernas, la única opción para llegar a un acuerdo es dialogar y establecer un trato para no afectar a la mascota y poder seguir compartiendo con ella después de que el amor de pareja se acaba.