La comida y el erotismo están más ligados de los que podríamos llegar a pensar.
Dentro de la naturaleza del ser humano hay factores tan reales, tan carnales y tan propios de nuestra existencia que por más avances y ciencia que exista, difícilmente pasarán a un segundo plano. Estos son los sentidos y la constante búsqueda del placer que genera el deseo.
En este universo de sensaciones hay un panorama lleno de posibilidades. La variedad de las formas en las que podemos experimentar el placer es prácticamente infinita porque este depende de cada persona, la forma en la que se estimulen sus sentidos, aquello que considere erótico y cómo llegue a despertar su naturaleza.
En este mundo aparece un término que puede generar curiosidad al leerlo y no es para menos: gastronomía erótica. Para algunos esta puede relacionarse con el sploshing, la famosa técnica de untar y comer sobre el cuerpo de otra persona en un encuentro íntimo. Sin embargo, la gastronomía erótica va muchos más allá y la podemos considerar como un arte que despierta los sentido de maneras sorprendentes.
Antes de profundizar en el tema, cabe resaltar que mezclar la comida con la intimidad no es una moda o una práctica reciente. De acuerdo con Leisa Puentes, psicóloga especialista en salud sexual y terapeuta de pareja, “existen registros históricos de culturas como la griega o la romana que involucraban actividades gastronómicas en sus encuentros íntimos grupales”.
Sin embargo, el arte considerado como gastronomía erótica no es muy común y no todos pueden conocerlo como es realmente, es algo desconocido, pero que tiene que ver con la percepción que se tiene alrededor de la acción de comer, que va más allá de una necesidad, es toda una experiencia.
Ante este panorama, no debe sorprender que el mundo gastronómico y el mundo del erotismo converjan tanto al momento de querer innovar y despertar sensaciones únicas.
Para entender el término ‘gastronomía erótica’ es fundamental definir cada uno de los conceptos que involucra. Por un lado, la gastronomía se define como el arte y la ciencia en torno a la preparación de platos de comida. Por el otro, el erotismo, que su nombre viene del dios Eros, conocido como Cupido, se refiere al deseo, a la atracción entre seres humanos y la sensualidad.
Cuando estos dos se unen se pueden crear experiencias únicas y despertar sensaciones inimaginables. Fucsia habló con José Bautista, un chef con amplio conocimiento en este tema en el que los sabores, las sensaciones, el placer y el deseo se convierten en uno solo.
El experto define la gastronomía erótica como “todo lo que abarca en un contexto de cocina que transformes algo para hacer un ritual especial cargado de detalles y experiencias encaminadas a despertar el placer”.
“El erotismo en este caso es la provocación sexual por medio de la imaginación, la fantasía, la estimulación sensorial que se identifica con el placer”, expresa el chef.
Un ejemplo perfecto para explicar este tema es la fresa, esta pequeña fruta despierta, con la guía adecuada, experiencias únicas. “Todas las experiencias eróticas deben ser guiadas para que tengan sentido. Imaginarse una fresa gigante, roja y fría estimula la vista, el gusto y el tacto”, expone Bautista.
De acuerdo con Puentes, “la gastronomía y el erotismo convergen cuando el ser humano empieza a explorar en sus diferentes formas de sentir placer”. Adicionalmente, explica que priorizar la estimulación de los sentidos debe ser fundamental en la intimidad, ya que involucra la creatividad y la innovación.
Por ello, el chef Bautista asevera que cuando crea platos eróticos estos los prepara desde “lo visual, el olfato, el tacto, que sean cosas que están en el subconsciente y que van a estimular sensorialmente. Además, se deben tener en cuenta los alimentos que se van a manejar y si estos son eróticos o no”.
Asimismo, afirma que no todos saben manejar estas percepciones que despiertan deseo, por ello, se debe ser sensible y perceptivo para poder generar placer al momentos de prestar estas experiencias. Por ejemplo, “se puede ser explicito, pero elegante, sutil y bello. Esto es un arte”.
Para entender las razones de estas sensaciones que se experimentan a través de la comida es que “de las cosas más placenteras en la vida son el comer y el sexo. Tenemos el gusto por las cosas que nos satisfacen mucho”.
Sin embargo, es importante resaltar que este tipo de preparaciones tienen un fin de generar deseo y placer en una actividad tan elemental como comer. “Son cosas que están ligadas a la supervivencia. Algo tan mecánico nos encargamos de convertirlo en un arte cargado de experiencias”.
En este mundo de sabores también aparecen los alimentos afrodisíacos. Aunque para algunos son mitos y para otros una gran verdad. Para Leisa Puentes “el mejor afrodisíaco es la atracción es, literalmente, a quien te vas a comer”.
Por su lado, el chef expresa que es un fiel creyente del tema y es que él mismo asegura que existen alimentos que desde la ciencia tienen propiedades que despiertan cierto tipo de sensaciones en el cerebro y generan placer. “Hay alimentos que a nivel nutricional y de enzimas causan que tu sientas ciertas sensaciones de placer, la necesidad de desinhibirse”.
Asevera que ciertos alimentos con propiedades específicas sí pueden generar tanto en el sistema circulatorio y en el sistema nervioso que hacen que un cuerpo sano con mente sana esté optimo. Además, explica que no es solo la comida, por ejemplo, los olores a canela o vainilla pueden despertar deseo en las personas.
No obstante asegura que definitivamente el mejor afrodisíaco “arranca en tu mente. Una relación sana, la empatía y que exista la empatía entre las personas porque se pueden tener todos los alimentos, pero sin estos elementos las cosas no van surgir”.
Ante un mundo de sensaciones en el que los sentidos son los responsables de conectarnos, la gastronomía erótica aparece como una fusión de placeres de la vida como lo son comer y la posibilidad de disfrutar del erotismo de formas novedosas y exquisitas.