El cáncer de mama es una preocupación creciente en Colombia y el mundo, con más de 17 mil casos anuales y cerca de 5 mil muertes en el país.
El Cáncer de Mama sigue siendo una preocupación creciente tanto en Colombia como en el mundo. Con más de 17 mil casos detectados anualmente en nuestro país y cerca de 5 mil muertes, esta enfermedad no solo afecta la vida de quienes la padecen, sino también a sus familias. Sin embargo, detrás de estas cifras alarmantes, existe una realidad esperanzadora: muchas vidas pueden salvarse con una detección temprana y un tratamiento adecuado.
En este contexto, la Liga Colombiana Contra el Cáncer ha unido fuerzas con marcas como G-SHOCK, LiliPink, La Roche Posay, entre otros, para lanzar la campaña: “Porque las Quiero las Cuido”, una iniciativa comprometida con educar y concientizar a las mujeres sobre la importancia del autoexamen, la identificación de signos de alerta y la realización de chequeos periódicos. Esta iniciativa hace parte de Pink October, un esfuerzo de G-SHOCK a nivel mundial que busca sensibilizar a las personas sobre el Cáncer de Mama.
En Colombia, la campaña “Porque las Quiero las Cuido” busca acercar este mensaje global a las mujeres de todo el país. En alianza con la Liga Colombiana Contra el Cáncer, se pretende visibilizar la importancia de llegar a tiempo a la detección temprana. El doctor Wilson Cubides Martínez, director ejecutivo de la Liga Colombiana Contra el Cáncer, resalta la importancia de la prevención: “El Cáncer de Mama, detectado a tiempo, es tratable. Es esencial que las mujeres comiencen a hacerse el autoexamen desde los 20 años, al menos una vez al mes. A partir de los 40, deben realizarse exámenes clínicos periódicos, y desde los 50, la mamografía se vuelve imprescindible cada año”. Su llamado es claro: la detección temprana salva vidas.
Hoy más que nunca, La Liga Colombiana Contra el Cáncer y sus aliados de corazón invitan a todas las mujeres y a sus seres queridos a no esperar. El cáncer de mama no tiene por qué ser una sentencia si se actúa a tiempo. Hacerse un autoexamen, consultar a un especialista ante cualquier duda, y seguir los controles médicos, son los pasos más importantes para proteger nuestra salud.
Si bien años atrás había una probabilidad más baja de que las mujeres adultas jóvenes desarrollaran cáncer de mama, estudios y estadísticas más recientes han destacado que, desafortunadamente, está aumentando la incidencia de esta enfermedad en la población de 40 años o menos.
“Sobre el autoexamen, por ejemplo, yo antes decía que las mujeres mayores de 40 años debían hacérselo, hoy en día les digo a las mujeres que se lo practiquen desde jóvenes. Tengo pacientes de menos de 20 años con diagnóstico de cáncer de mama”, apunta Jorge Zaccaro Arregocés, cirujano oncólogo de Quimiosalud, institución aliada de Coosalud EPS.
Y agrega: “En la actualidad, ya podemos clasificar los tumores en luminares y no luminares. Los del primer grupo son los de mejor pronóstico, se presentan generalmente en personas mayores; mientras que los segundos, que tienen mutaciones genéticas, son los más agresivos y aparecen en su mayoría en mujeres más jóvenes”.
Teniendo en cuenta este contexto, resulta pertinente hablar acerca de la posibilidad cada vez mayor de que existan mujeres diagnosticadas con cáncer de mama que aún estén en edad fértil. Entonces, ¿enfrentar esta enfermedad, con todas las implicaciones que trae, es también una sentencia para renunciar a la maternidad?
Los expertos consultados por Coosalud coinciden en que un diagnóstico de cáncer de mama no representa una limitante para aquellas mujeres con intención de procrear. “Ser diagnosticadas no debería ser un factor para desistir de la maternidad. Los ovarios siguen siendo funcionales en muchas mujeres después de completar los tratamientos de quimioterapia e incluso de hormonoterapia”, resalta Zaccaro.
Aun así, Manuel Dangond Acosta, oncólogo clínico de Quimiosalud, hace énfasis en la importancia de tener acompañamiento médico para evitar complicaciones. “Lo que hay que tener presente es que el tratamiento contra el cáncer, del tipo que sea, durante el primer trimestre de embarazo definitivamente sí está contraindicado”. A partir del segundo trimestre, una mujer puede completar su proceso de gestación y mantenerse en tratamiento oncológico en simultáneo sin ningún problema.
“Después de esos tres meses, la mayoría de los tratamientos que tenemos disponibles, las antraciclinas, grupo al que pertenecen tratamientos como la doxorrubicina; y los taxanos, como el paclitaxel y el doxetacel, pueden ser utilizados de forma bastante segura durante el embarazo, pero es importante que sean suspendidos un mes antes de culminar la gestación, para evitar efectos secundarios al momento del parto”, complementa Zaccaro.
Si bien años atrás había una probabilidad más baja de que las mujeres adultas jóvenes desarrollaran cáncer de mama, estudios y estadísticas más recientes han destacado que, desafortunadamente, está aumentando la incidencia de esta enfermedad en la población de 40 años o menos.
“Sobre el autoexamen, por ejemplo, yo antes decía que las mujeres mayores de 40 años debían hacérselo, hoy en día les digo a las mujeres que se lo practiquen desde jóvenes. Tengo pacientes de menos de 20 años con diagnóstico de cáncer de mama”, apunta Jorge Zaccaro Arregocés, cirujano oncólogo de Quimiosalud, institución aliada de Coosalud EPS.
Y agrega: “En la actualidad, ya podemos clasificar los tumores en luminares y no luminares. Los del primer grupo son los de mejor pronóstico, se presentan generalmente en personas mayores; mientras que los segundos, que tienen mutaciones genéticas, son los más agresivos y aparecen en su mayoría en mujeres más jóvenes”.
Teniendo en cuenta este contexto, resulta pertinente hablar acerca de la posibilidad cada vez mayor de que existan mujeres diagnosticadas con cáncer de mama que aún estén en edad fértil. Entonces, ¿enfrentar esta enfermedad, con todas las implicaciones que trae, es también una sentencia para renunciar a la maternidad?
Los expertoscoinciden en que un diagnóstico de cáncer de mama no representa una limitante para aquellas mujeres con intención de procrear. “Ser diagnosticadas no debería ser un factor para desistir de la maternidad. Los ovarios siguen siendo funcionales en muchas mujeres después de completar los tratamientos de quimioterapia e incluso de hormonoterapia”, resalta Zaccaro.