Ubicado en el Hotel Novotel de Medellín, este restaurante ofrece una experiencia de alta cocina enfocada en ingredientes colombianos.
El célebre chef colombiano Álvaro Clavijo, conocido por su restaurante El Chato en Bogotá y con el cual alcanzó el puesto 25 en la prestigiosa lista de The World’s 50 Best Restaurants 2024, ahora lleva su innovador concepto culinario al Espíritu en Medellín.
Ubicado en el piso 21 del Hotel Novotel del Parque Comercial El Tesoro, se trata de un bistró enfocado en ingredientes colombianos de todas las regiones del país. En Espíritu, las reinterpretaciones, las técnicas vanguardistas y los productos locales son protagonistas. En pocas palabras, es una experiencia relajada de alta cocina.
“Hasta hace unos años los restaurantes en Medellín eran visualizados para cerrar negocios u ocasiones especiales. Pero creo que en el último tiempo el espectro se ha abierto, convirtiéndose en lugares para compartir en el día a día. Y eso es lo que queremos con esta apuesta: que las personas compartan su tiempo y también diferentes platos”, le contó Álvaro Clavijo a Fucsia.
En cuanto al menú, en este se combinan perfectamente los sabores de mar y tierra. “Siempre es bueno buscar el balance y creo que eso se logra en la gastronomía cuando uno pone sobre la mesa muchos vegetales, alimentos de mar y distintos tipos de carnes. Además, siento que en un restaurante deben existir opciones para todos. Este fue un pensamiento recurrente al momento de crear la carta de Espíritu y se nota en el resultado”.
Un buen almuerzo o cena en Espíritu puede comenzar con las gambas, las cuales vienen acompañadas con salsa gochujang, sofrito y bisque de morrón. A la lista también se deben sumar las mazorcas crocantes; las jaibas y las ostras en escabeche, las cuales tienen un toque picante.
Con respecto a los platos fuertes no pueden faltar en la mesa el morrillo, con un toque ahumado y que se deshace en la boca; y el atún, el cual hace match con el amaranto, las manzanas asadas y el yogur ahumado.
“Algo que estamos haciendo mucho más es incluir frutas en el menú. Estoy obsesionado por demostrar que ellas no son solo para los jugos. Entonces hacemos muchas mezclas de estas con proteínas”, sumó el chef.
Para cerrar esta aventura gastronómica no pueden faltar el cheesecake, acompañado de helado de berros y crema de polen; y la milhoja de banano que es la perfecta combinación entre el ganache de caramelo, el helado de pop corn y la crema pastelera.
De acuerdo con el prestigioso cocinero, cuando lo invitaron a desarrollar el menú para este lugar no lo pensó dos veces, ya que considera a Medellín como un mercado interesante y en constante evolución.
“Los restaurantes siempre están llenos, el turismo no para de crecer y a la gente le gusta mucho la experiencia de salir a comer. Además, el diseño, el espacio y el equipo de trabajo que se fue armando poco a poco me empezaron a enamorar. Y como aliciente extra, me dieron vía libre para armar la carta como quisiera. Tuvieron plena confianza en mí, y esto es algo que no sucede con frecuencia”.
El desarrollo de Espíritu ha cumplido por completo las expectativas de Álvaro, pero algo sí dejó claro: el temor y las mariposas han creado su propio ecosistema dentro de su organismo.
“La verdad es que me siento como en casa, pero debo confesar que tengo miedo. Y es que lo único que espero es que los comensales sientan las mismas chispas que yo sentí probando cada uno de los platos. Yo siempre he comparado el abrir restaurantes con ir a los casinos: uno sabe con cuánto entra, pero no con cuánto va a salir”.
Pero Espíritu no es solamente el resultado del trabajo y la creatividad de Clavijo, sino el de todo su crew. Y es que las manos derechas del cocinero lo han acompañado en esta aventura.
“Es la suma de lo que hemos hecho en estos años, tanto en lo personal, como en el crecimiento hablando de un equipo. Lo lindo del proyecto es que yo no estoy ni estaré todo el tiempo, pero cuento con colegas que han colaborado conmigo durante años y que también le han dado vida a Selma y El Chato. Son personas que tienen un talento increíble y ellos son una extensión de nuestro conocimiento e investigación”.
Espíritu cuenta con un diseño acogedor, una cocina de concepto tipo abierto y vistas panorámicas de 360 grados hacia Medellín y el Valle de Aburrá. Tiene un área de 600 metros cuadrados y su inversión superó el millón de dólares.
Desde un comienzo quisieron ofrecer una experiencia solemne, pensada de principio a fin. Las sillas, las mesas, los objetos que se encuentran en los estantes, todo contó con una amplia búsqueda y curaduría. Nada fue puesto porque sí. Además, este lugar nació para homenajear a Colombia a través de sus sabores y sus paisajes. También nació para darle a lo cotidiano el valor que merece, y es que, con la rapidez de la vida, a veces olvidamos los pequeños placeres. Eso es parte del espíritu de este espacio.
La cocina fue desarrollada por Álvaro junto a un grupo de interioristas y diseñadores, y el chef pensó en que tuviera la misma funcionalidad de El Chato. Incluso, como dato curioso, las vajillas son las mismas, solo que en El Chato son blancas y en Espíritu grises.
Con la creación de aproximadamente 30 nuevos empleos, Espíritu no sólo busca satisfacer a los paladares más exigentes, sino también fomentar el desarrollo económico y posicionar a Medellín como un destino gastronómico líder en América Latina.
“Una de las razones por las que decidí construir una carrera en Colombia es porque muchos compatriotas que son realmente talentosos prefieren quedarse en el extranjero, cuando en realidad, en nuestro país hay mucha tela por contar. Espíritu es un ejemplo de eso”, concluyó Clavijo.