En el Día Mundial de la Pizza te contamos cómo fue creada: no fue en Italia.
Queso mozzarela, salsa de tomates, harina y albahaca. ¿Qué podemos hacer con estos ingredientes? La pizza durante siglos ha sido la anfitriona elegida de fiestas, fines de semana y es uno de los primeros alimentos que se cruzan por nuestra mente cuando buscamos comer algo rápido, económico y con mucho sabor.
La pizza es uno de esos alimentos que junto a la hamburguesa, el pollo frito y las papas a la francesa, pueden ser encontrados en casi cualquier parte del mundo, pero esta combinación básica de harina, queso y salsa es la reina de la comida rápida.
Un informe de la consultora Money Beach UK aseguró que, en un estudio realizado en 100 países, la tendencia número uno de búsquedas gastronómicas era la pizza. ¡Es la comida favorita de millones!, y esta noción se ha vuelto tan universal que la Unesco, un 9 de febrero, reconoció este alimento como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. ¿Cuál es su historia?
La pizza, como sabemos, puede ir con infinidad de ingredientes. Sin meternos en la discusión de si debe ir con o sin piña, cada cultura, sociedad y persona sabe cómo prefiere su pizza slide y en este sentido se han creado incontables recetas de este alimento. Además de que, solo en Estados Unidos, para el 2021, había más de 80 mil pizzerías, de acuerdo con datos proporcionados por Statista.
Cuando pensamos en pizza se nos puede venir a la mente el Mar Mediterráneo, la pasta y, por supuesto, Italia. Sin embargo, los historiadores gastronómicos han rastreado que los precursores de esta comida se encuentran en el siglo XI a.C., en los territorios de Egipto y Grecia, donde los soldados consumían pan de trigo con queso, especias, ajo y dátiles encima de esta harina como si fueran topings.
Sin embargo, Italia sí toma un papel fundamental en la pizza como la conocemos hoy en día. En primer lugar, el nombre de este alimento se asemeja a la palabra picea con la que los romanos se referían a cómo quedaba el pan cuando se quemaba.
En lugares históricos como Pompeya, que queda al sur de Italia, hay rastros aún de hornos donde se cocinaban estos alimentos. Además, es en Nápoles donde parece encontrarse el primer restaurante que sirvió pizza en este país, Antica Pizzeria Port’ Alba, en el año 1738.
Cabe resaltar que fue en el siglo XVIII que se empezó a incorporar el tomate en las preparaciones, pues es una fruta (o verdura) proveniente de América y muchos pensaban que era venenosa.
La historia cuenta que los tomates eran utilizados solo como decoración hasta que un campesino en Nápoles decidió consumirlo con pan queso y aceite de oliva. Le gustó tanto que se corrió la voz entre los campesinos y ese era su alimento preferido. Como no tenían horno, se lo llevaban al panadero, quien empezó a sacar su propia versión de este platillo.
Hoy en día se nos haría muy difícil pensar en una pizza que no tuviera tomate, siendo un ingrediente fundamental de su preparación.