Su vida no es plana; al igual que su ropa, está llena de texturas disonantes. Sale a la calle a divertirse, a sacudir la ciudad con ese universo de prints que a veces parecen evocar los años sesenta, pero a su vez desconciertan a quien la quiera estigmatizar.
Su esencia es el resultado de diferentes retazos de culturas a las que ha viajado, de tiempos pasados y aún inspiradores, así, en su armario conviven estampados geométricos, referencias tribales fusionadas con encajes femeninos y ornamentos de piedras coloridas. Sin embargo, en su eclecticismo, esta mujer Azulu sabe crear contrastes: algo de materiales vaporosos con un poco de cuero, como si su feminidad y su carácter desafiaran cualquier tendencia. Sabe divertirse, y avanzar o retroceder su tiempo, siempre para lucir única; sus colores son el amarillo, el verde esmeralda y el azul rey.