Con la experiencia, la sabiduría y la serenidad que traen los años, las mujeres maduras brillan sin complejos.
Femeninas y seguras de sí mismas, con el pelo pintado o con las canas al aire, con cirugías o al natural, con retoques o sin retoques, las mujeres maduras comienzan a ocupar el espacio que les pertenece por su talento, su inteligencia y su personalidad. Tienen los pies bien puestos sobre la tierra y un conocimiento de sí mismas y de los demás que les permite destacarse, conquistar espacios hasta hace poco vetados para ellas y convertirse en protagonistas; ya saben lo que quieren y, sobre todo, lo que no quieren.
Por citar algunos ejemplos reveladores, por primera vez en Brasil una mujer es presidente del país: Dilma Rousseff, una economista que gobierna con mano firme y una férrea voluntad forjada en el rigor de una vida batallando. La abogada francesa Christine Lagarde se ha convertido en una de las mujeres más poderosas del mundo, como directora del Fondo Monetario Internacional. La científica y política Angela Merkel ha logrado imponer su liderazgo y hoy es la primera mujer que ocupa el cargo de Canciller Federal de Alemania. La ministra, embajadora y tres veces candidata a la presidencia de Colombia, Noemí Sanín, inteligente y atractiva, y las actrices Consuelo Luzardo y Vicky Hernández son dos ‘señoras’ de la actuación.
Los siglos de culto y devoción a la juventud y a la belleza han cedido terreno para que el estilo, el talento, la pasión por el trabajo y la actitud ante la vida empiecen a ser dones tan preciados como ser linda, flaca o joven. Por eso. Meryl Streep, la actriz estadounidense que acaba de recibir el codiciado Premio de la Academia a Mejor Actriz por su caracterización de la ex Primera Ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, en la película La dama de hierro, ha sido aclamada a sus 62 años como “la sexy ganadora del Óscar”.
Las mujeres maduras ya saben que aceptarse a sí mismas con amor y sin complejos es una de las claves del éxito. Así lo demuestra la actriz londinense de 66 años Helen Mirren, célebre por su brillante actuación como la reina Isabel II de Inglaterra en la película La Reina, fue elegida como El Mejor Cuerpo del año 2011 tras una encuesta realizada por una famosa cadena de gimnasios californiana, en franca competencia con la presentadora de televisión británica Kelly Brook, de 31 años, y la despampanante actriz y cantante Jennifer López, de 42.
Fuentes de inspiración hay muchas, como la elegante y atractiva diseñadora venezolana Carolina Herrera, quien a sus 71 años asegura: “No entiendo cómo la gente se quita la edad”, o la legendaria actriz italiana Sofía Loren, quien pasados sus 70 años dice: “Soy bella, pero ya no tengo que afanarme por demostrarlo”.
La pasión de vivir
El tiempo no puede desvirtuar el carisma que irradia una seductora personalidad. El estilo y el amor a la vida siempre han sido atractivos, como dijo alguna vez el cantante Georges Moustaki hablando de Edith Piaf: “No era bella en absoluto, pero era una petite femme que impresionaba por su fuerza de expresión. Todo lo que la rodeaba estaba dominado por ella. Después de oírla cantar varias veces, me di cuenta de que era una mujer de un nivel de vida excepcional. Era la encarnación de la pasión de vivir, que se traducía en el canto. Y la amé hasta la locura”. Sin embargo, en la balanza de las prioridades de muchas mujeres pueden llegar a pesar más la fama, la juventud y la belleza que una vida plena, cargada de experiencias y de relaciones que se han ido tejiendo a través de los años, y que han dejado a su paso risas, lágrimas y arrugas.
Es el caso de una luminaria de Hollywood que vivió sus últimos años encerrada y escondida de la mirada curiosa de sus contemporáneos, como contaba el famoso esteticista francés Jean d’Estrées, maquillador de princesas, primeras damas y divas de Hollywood: “En los años 70 recibí la visita de una mujer misteriosa envuelta en un viejo impermeable, con el ala de una gran pava tapándole los ojos, ya de por sí ocultos tras unas gafas oscuras, para pedirme que la maquillara a puerta cerrada, porque no quería que nadie viera la transformación que Greta Garbo, ‘La divina’, había sufrido a través de los años. Y tuve el honor de maquillarla”.
La edad de la elegancia
Más allá de los comerciales de pañales o prótesis dentales, la mujer madura ha conquistado un espacio en el mundo de la publicidad y de la moda, como lo demuestra la elección de la actriz de 72 años, Jane Fonda, para ser la imagen de una línea de productos antiarrugas de una prestigiosa marca de cosméticos. Esta es una realidad que se veía venir, por eso la empresaria francesa Sylvie Fabrégon creó en el 2005 una agencia especializada en modelos de 50 años para arriba, Masters Models, que ha tenido muy buena acogida, como ella comenta: “La sociedad ha comprendido que a los 50 años no se es viejo, porque la expectativa de vida ha aumentado gracias a la nutrición y a los adelantos de la medicina. Todavía se puede seducir, hacer deporte, viajar, cultivarse y emprender nuevos proyectos. Por eso, hay cada vez más marcas que quieren anunciar sus productos para esta nueva generación de consumidores mayores, hasta ahora ignorada. Las empresas han entendido que quienes han formado parte de la sociedad de consumo quieren seguir siendo vigentes. Y nadie mejor para que se identifiquen que personas comunes y corrientes, de su misma edad. Así, Masters Models ha logrado reclutar a cerca de seiscientas bellezas senior, y se ha convertido en una de las agencias más solicitadas por las firmas europeas de ropa y de cosméticos”.
Otra visionaria que le apostó a la mujer madura es la joven diseñadora francesa Fanny Karst, quien creó la marca de ropa The Old Ladies Rebelion, con la intención de demostrarle a su abuela que la moda no tiene edad, talla, color ni clase social. Como era de esperarse, su creación rebasó los límites familiares y llegó a tener tanta repercusión, que el periódico The Guardian empezó a publicar la sección semanal ‘All Ages Fashion’, dirigida a hombres y mujeres de todas las edades.Una muestra de la importancia de los mayores en el mundo actual puede apreciarse en la secuencia de fotos de una pareja madura enamorada, que realizó Tom Ford, el famoso diseñador de moda y director de cine norteamericano, para ilustrar un artículo sobre joyas para la revista Vogue Paris, titulada ‘Forever Love’, con el siguiente texto: “Estoy cansado del culto a la juventud. Del rechazo cultural a la vejez, la estigmatización de las arrugas, del pelo gris, de los cuerpos surcados por los años. Lo que la sociedad de hoy condena, yo lo celebro. Por eso, para esta sesión de joyería, imaginé a un hombre y a una mujer juntos después de muchísimo tiempo, fieles el uno al otro, y aún encendidos por el deseo”.