El aspecto del pelo cambia con el paso de los años, pero con el uso de productos y rutinas que contribuyan a renovar su salud se pueden contrarrestar los efectos del envejecimiento.
Para la mayoría de las mujeres es preocupante ver cómo el pelo va desmejorando con la edad. El esplendor del color y el brillo de este en la adolescencia es algo que ellas ven en las fotos con nostalgia, pues antes de que empezaran a hacerse el blower, y mucho antes de que se iniciara la lucha contra las canas, su pelo era una masa que caía abundantemente en lustrosos mechones, aun sin arreglo previo.
Lo que más les preocupa a ellas acerca de su físico en las décadas del cuarenta, cincuenta y sesenta, es el adelgazamiento del pelo, su pérdida de consistencia, además de la caída, que es como un tijeretazo permanente al ego.
Tratando de responder a estos problemas, las grandes marcas de productos para el cuidado del pelo han advertido que se tienen que enfocar en la restauración de las características que hacen de este uno de los puntos focales de la belleza. Pero, quién lo creyera, empezaron por observar los componentes de productos para el cuidado de la piel porque se dieron cuenta de que podrían ser igualmente benéficos para restaurar el pelo.
Por ejemplo, la niacina y la niacinamida, formas de vitamina B3 que se encuentran en alimentos como carne de res, cereales, huevos, leche, levadura y verduras verdes, entre otros, sirven para mejorar la circulación y disminuir el efecto del envejecimiento. Y en la mejoría de la circulación reside en parte la posible conexión de esta clase de componentes utilizados en la elaboración de productos tópicos con los problemas puntuales del pelo.
No hay que olvidar que las condiciones que afectan la calidad de este se pueden comparar con las de la piel, puesto que, como esta, el pelo se torna más fino, se reseca y se vuelve menos elástico con la edad. Pasa entonces que disminuye el diámetro de cada hebra de pelo y algunos folículos los producen solamente pequeños y delgados, lo que da una apariencia general de pérdida de volumen.
También tiende a perder brillo debido a los cambios de color y textura, pues a partir de los 40 años la mujer empieza a mermar su producción de sebo, como consecuencia de los cambios hormonales, y todo ello se refleja en el pelo. Para remediar estas flaquezas, ingredientes tradicionales para el cuidado de la piel como el panthenol y la niacinamida penetran en los folículos aumentando el diámetro de las fibras de pelo, condición que desde luego se traduce en su reconstitución.