Su última colección fue una manifestación de juventud y feminidad. El rosado, el verde limón, el azul bebé y los cuadros son el mandato de la temporada venidera, que hace un mes mostró en las pasarelas. La directora de FUCSIA fue testigo de esta última huella.
Sarah Jessica Parker, una de las incondicionales del diseñador dominicano, acudió con un Oscar de la Renta único a la pasada gala del Met 2014. Foto: AP
Asistir a su desfile en la Semana de la Moda de Nueva York primavera/verano 2015, a comienzos de septiembre de 2014, fue un verdadero placer, desde la invitación, que parecía hecha para una baile de gala, hasta la asistencia, pues ver a las socialités de la Gran Manzana vestidas con sus diseños y accesorios significa una verdadera celebración de la elegancia. No había filas ni empujones, todo fluía de una forma placentera. En el interior, una pasarela adornada con hortensias gigantes de todos los colores enmarcaba la salida de las modelos sobre la charolina blanca.
De la Renta abrió la pasarela con una falda de encaje sobre la rodilla, un top en crepé rosado y, sobre los hombros de la modelo, un abrigo de cuadros blancos y rosados con sandalias sencillas de cuero. Los cuadros en distintos colores, desde el azul bebé hasta el blanco y negro, fueron la constante en la colección, una manifestación de juventud, femenina, colorida y fresca.
La opulencia de las faldas irregulares, terminadas en moras y con aplicaciones a mano, vestidos verde limón con blanco, los estampados en telas de seda y tafetán, evidencian la razón de que este hombre se haya ganado el lugar que tiene en la moda.
Y es que nadie maneja los volúmenes y el encaje como el diseñador dominicano que, en virtud de su influencia española, adorna los vestidos de noche con bordados, arandelas, flecos y transparencias. Una vez más, De la Renta demostró que ama acentuar la feminidad y que seguirá hasta el último día brindándoles a las mujeres estilo y glamour.
Con su repentino fallecimiento a los 82 años, se va el último representante de una generación de diseñadores que marcó la segunda mitad del siglo XX y sentó las bases del glamour y la elegancia de la alta costura. El “diseñador de diseñadores”, como se le catalogó en 1972, deja ahora huérfano el mundo de la moda tras ocho años de lucha contra el cáncer.
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