La generación de los nacidos entre 1980 y 2000 es la más grande del planeta. Solo en Estados Unidos más de 90 millones de personas forman parte de esta. Y, por ser mayoría, mandan la parada...Estas son cinco claves para entenderlos.
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-Los miembros de esta generación son apasionados por sus gustos, sus hobbies y su vida social. Todo esto lo comparten en las plataformas virtuales como parte de su personal branding, pues lo digital es parte de su ADN. Es su existencia convertida en acontecimiento.
-Son multitask, hiperactivos y emprendedores.
-Tienen un breve periodo de atención de ocho segundos. Aman la instantaneidad.
-Los acusan de sufrir el trastorno narcisista de la personalidad. La incidencia de esta condición es tres veces mayor en los jóvenes de hoy que en las generaciones previas. Millennial que se respete toma selfies de su día a día.
-Necesitan la aprobación de sus pares. Su número de seguidores y de amigos en las redes sociales es proporcional a su estatus, por eso hay quienes salen del anonimato y se convierten en microcelebridades.
-Es la millennial por excelencia, toda una princesa digital de 26 años con cerca de 65 millones de seguidores, o Swifties, en Instagram. En su cuenta de Twitter aconseja a sus fans cuando le comparten sus dificultades, y también se alegra con sus éxitos: a una de ellas la consoló porque era víctima de bullying; felicitó a otra por recibir su licencia de conducción, y a una más le dijo que lucía fantástica con su vestido nuevo.
-Tanto amor es quizá producto de la meditación y el yoga. Sus secretos de bienestar son: no juzgarse muy duro, tomar agua todo el tiempo y, a sus giras, llevar siempre velas y una máquina trotadora para ejercitarse una hora diaria, dondequiera que esté.
-Los millennials tienen un fuerte sentido de la justicia: su ideal es que cada cosa que hagan esté justificada con una buena causa.
-Tienden a pensar que todos merecen las mismas recompensas por sus esfuerzos.
-Aceptan fácilmente las diferencias.
-Para esta generación “ser saludable” no es lo mismo que “no estar enfermo”. Están dispuestos a invertir dinero en la industria del bienestar, en productos orgánicos, suplementos herbales, café que provenga de un comercio justo y en marcas de prendas deportivas. Usan la tecnología para llevar un récord de su actividad física.
-Los jóvenes de hoy se alejan de la medicina tradicional y favorecen las alternativas más naturales.
-Les interesa su salud mental: son seguidores de la terapia de aceptación y compromiso, el mindfulness (conciencia plena) y el yoga. Usan apps para meditar.
-A sus 23 años ha demostrado que para ser una supermodelo hoy, es necesario reinar en las redes sociales. Ya no es una mera cuestión de belleza, sino de destacarse por una actitud peculiar, que en su caso le ha valido el título de la más divertida y popular en las semanas de la moda. Además va a la universidad, hace trabajo benéfico, es programadora de computación y tiene en YouTube su canal Klossy, cuyo tráiler alcanzó las 100.000 visualizaciones, a pocas horas de su lanzamiento.
-Los que pertenecen a esta generación buscan mostrarse auténticos. Están determinados a ser ellos mismos.
-Miran con antipatía el consumismo sin sentido y son alérgicos a los grandes logos. Por eso han obligado a las marcas de lujo a rejuvenecerse al usar como musas a las modelos que reinan en las redes sociales, como las rebelde Cara Delevingne, amante de lo grunge, y Chloe Norgaard, quien cambia el color de su pelo semanalmente.
-Le apuestan a la personalización y son la generación del “hágalo usted mismo”, o DIY (sigla de Do it yourself).
-Juegan con la cultura popular y la reinventan con irreverencia en sus modos de vestir. Los millennials más jóvenes favorecen un look neutral que supere las barreras de género. Les gusta lo hippie chic, la ropa retro de los años noventa, con aires roqueros y cierto desaliño. Estar a la moda es lucir como si la moda no les importara.
-Se inspiran en internet, especialmente en Pinterest, Instagram, blogs de moda y compran online.
-La hija del actor Johnny Depp y la cantante Vanessa Paradis es una de las figuras que más suenan en la escena joven mundial. A sus 16 años es musa de Karl Lagerfeld, debutó como actriz y describe su sexualidad como fluida, es decir, variable. Las malas lenguas la culparon del fin de la relación entre Miley Cyrus (quien a su vez se define como pansexual y reconoce que cambia de estilo como de pareja, cada semana) y la modelo Stella Maxwell, con quien la adolescente se ha dejado ver muy cariñosa en Instagram.
-Los millennials no creen que la sexualidad sea algo fijo. Tienen una visión relajada que les permite experimentar en esta materia.
-No se sienten cómodos con las típicas etiquetas de género. Su diccionario es mucho más amplio que las palabras “heterosexual”, “homosexual” o “bisexual”. También incluye la pansexualidad: gusto por todo tipo de seres humanos.
-Redefinen la monogamia: pueden estar en relaciones abiertas. Inventan sus propias reglas a la hora de involucrarse románticamente con otros.
-Les cuesta comprometerse.
-Aunque comunican sus emociones en tiempo real en el espacio virtual, algunos se acostumbran a escapar de sus dificultades e interacciones en el mundo real.
-Tienen la capacidad de separar lo físico de lo emocional. Odian el rechazo y por eso el sexo casual es una buena arma para blindarse.
-Pese a lo que piensen las generaciones previas, los millennials no son ansiosos frente al tema sexual. De hecho, ha caído el porcentaje de adolescentes que tienen relaciones íntimas, de 37 a 27. En la última década creció del 22 al 28 por ciento el número de jóvenes vírgenes entre los 15 y 24 años.
-La actriz de 25 años ha confesado que se siente insegura, a pesar de ser la mejor pagada de Hollywood. “Uno lucha constantemente por ser validado. Y espera ese reconocimiento antes de casarse”. Además de criticar en las redes el machismo en la industria, la ganadora del Óscar se queja de ser un alma solitaria porque los hombres no la tratan bien. Aun así, no pierde la esperanza de dar el sí, aunque asegura no desvelarse por eso.
-Un creciente número de millennials vive con sus padres.
-Se enfocan en acumular experiencias más que en posesiones. Prefieren evitar los grandes compromisos financieros. Según una encuesta de Goldman Sachs, el 30 por ciento dice que “es importante, pero no una prioridad” tener televisor, carro o artículos de lujo.
-Postergan decisiones importantes: el porcentaje de jóvenes casados que forma un hogar independiente ha caído en más del 50 por ciento desde los años setenta. La edad promedio para casarse es los 30. Aun así, el 90 por ciento reconoce que quiere formar un hogar.
-Ante la variedad de opciones en la era digital, les cuesta escoger una carrera.
-Exigen que su espacio laboral sea creativo, colaborativo y abundante en tecnología. Que tenga relaciones de poder más horizontales, muchas oportunidades de aprendizaje, un ambiente divertido, flexibilidad horaria y que el reconocimiento sea permanente.
-Un gran salario no los deslumbra tanto como realizar una labor que los haga sentir plenos. El 79 por ciento quiere trabajar para una compañía que preste atención a su impacto social. El 75 por ciento consideraría dejar un empleo si no ve oportunidades para su desarrollo.
-Suelen caracterizarse por un bajo grado de satisfacción laboral. Esperan un veloz crecimiento profesional cada uno o dos años.
-Cuestionan las reglas. Expresan sus expectativas.