Ataviada con una peluca rubia platinada con motivo de su nueva campaña social, la diva del pop habló sin tapujos de su imagen de niña rebelde, su difícil infancia y, lógicamente, del amor.
Su franqueza prueba que la persecución mediática no la ha vuelto tan prevenida. Habla con un desparpajo que deja asomar cierto acento caribeño y de hecho, a la hora de la entrevista, prefiere despachar a su mánager y “defenderse” solo en compañía de su mejor amiga, Melissa Forde, quien a simple vista puede confundirse con la cantante, quizá porque es la responsable de que Rihanna dejara de parecer un niño. “¿Cuáles son las series que veo?”, le pregunta a su alma gemela que hace las veces de memoria, pues ella tiene demasiado en qué pensar, entre tantos proyectos: recientemente hizo un dúo con Shakira, a quien se refiere como “la mujer más sexy del planeta”. (Lee también 'Shakira y Rihanna, un duelo de sensualidad').
Hoy es, además, la embajadora de Viva Glam, una campaña de la marca MAC creada con el objetivo de ayudar en la lucha contra el sida. Una de las tareas de la diva como parte de esta iniciativa consiste en participar en la elaboración de una serie de productos cosméticos pensando en su color de piel, cuyas ganancias se destinen a dictar talleres de educación sexual, proporcionar ayuda médica a las víctimas de la enfermedad y proteger a las poblaciones más vulnerables. Desde que en 1994 fue creado el fondo se han donado a la causa 270 millones de dólares.
“Cuando Rihanna habla la gente la oye”, comenta John Demsey, presidente de Estée Lauder, grupo propietario de MAC, para explicar por qué escogió a esta figura para ser vocera de una campaña en la que ya han participado personajes de la talla de Elton John y Lady Gaga. Sin embargo, es enfático al decir que se encontraron porque Rihanna estaba buscando participar en un proyecto social de estas características. “Además de ser una gran artista que mueve masas, tiene una gran habilidad en el manejo de la estética”.
No hay duda de que Rihanna es un símbolo sexual. Así lo evidencian su escote pronunciado, su incisiva mirada color avellana y una falda que deja ver sus piernas de un millón de dólares, cifra en la que se dice las habría asegurado. Sin embargo, la vehemencia con la que expresa su espíritu altruista y su constante risa de niña hacen que esto se olvide por momentos. Al final, ella sigue siendo simplemente Robyn, como la llaman sus más cercanos.
¿Qué se siente estar de vuelta en su casa de Barbados?, ¿qué memorias tiene de su vida aquí?
Me encanta estar en mi país, me siento muy cómoda porque estoy inmersa en mi cultura, todo me es familiar, la gente, la comida, el clima. La casa es la casa y no importa a dónde vaya viajando por el mundo, Barbados siempre será mi hogar.
¿Qué tipo de niña era?
De hecho no era muy femenina, ni siquiera me gustaba el maquillaje ni las cosas de muñecas, hasta que un día mi mamá, quien definitivamente es una reina de la belleza, y mi mejor amiga, Melissa Forde, empezaron a convertirme en una pequeña superfemenina que se preocupaba por la forma como se veía y se tomaba tiempo para arreglarse.
Si tuviera que elegir a la persona que más ha influenciado su vida, ¿cuál sería?
Diría que especialmente mi abuela, con ella comenzó todo, ha hecho de mí la mujer que soy. Su fortaleza como mujer, como persona cariñosa y afectiva, me inspira profundamente, quiero ser igual a ella.
¿Qué ha sido lo más valioso que ha aprendido en su vida desde el momento en que salió de Barbados hasta hoy?
Definitivamente, a no dar las cosas por sentado. Pasé mi infancia a la orilla del mar y ahora, cada vez que vuelvo a mis playas las veo como un paraíso. Fui un poco malcriada al pensar que eso lo era todo porque tampoco conocía nada diferente, pero el viaje se convierte en una experiencia de humildad en la que aprendí a apreciar lo que tengo. Me he dado cuenta de lo afortunada que soy porque he conocido a muchas personas que pasan por situaciones difíciles, he podido ver cuán complejas son las realidades allá afuera. Por eso, de la mano de todos mis fans he querido ayudar a la gente, pues me di cuenta de que tenía que hacer cosas por los otros.
Si pudiera cambiar algo en su vida, ¿qué sería?
Compraría tiempo. Si pudiera contar con más tiempo podría hacer más cosas, sería espectacular. Me gustaría disponer de días de 48 horas.
¿Cuál es el primer recuerdo que tiene de la música en su vida?
Estuve expuesta desde muy niña al reggae, a la música caribeña, fue el primer estilo que conocí. Después me orienté un poco más hacia el R&B y el soul. Mi gran inspiración fueron Mariah Carey y Witney Houston, con sus voces grandiosas e impactantes. Luego llegó el hip hop, pero cuando me mudé a Estados Unidos comencé a exponerme a tantos géneros que allí empezó verdaderamente mi motivación acerca de las infinitas posibilidades que podía experimentar y probar.
Siempre ha personificado a una “niña mala”, una imagen un poco provocativa y sexual. ¿Es parte del personaje que ha creado como artista o algo que la define?
Creo que forma parte de mi cultura, de la forma en que bailamos, como somos, de nuestros carnavales, es una manera de vibrar. Nos encanta bailar e ir hasta el fondo, sin límites ni reglas, es divertido; en Barbados esto es una forma de expresión, una demostración de libertad. Fue solamente cuando llegué a Estados Unidos que mi manera de bailar se empezó a convertir en algo provocador.
¿Cuál es su idea del amor?
Debe ser maravilloso, a la vez nostálgico y real.
¿Las letras de sus canciones reflejan cómo se siente?
Absolutamente. Las canciones son el reflejo de los diferentes momentos por los que estoy pasando, también hablan de lo que siento. He sido muy auténtica en eso, tratando de encontrar siempre una forma sabia y original de revelar esos acontecimientos de mi vida.
Viene de una familia humilde, sin embargo, ahora es exitosa, millonaria, tiene el mundo a sus pies, ¿alguna vez se imaginó que lograría tanto?
De niña mi sueño solamente contemplaba el hecho de concebir una música que se pudiera oír en algún lugar, pero luego esta se empezó a oír en todo el mundo y gracias a eso puedo viajar, presentarme en muchos lugares, tener fans. Quiero expandir el amor, al igual que mi música.
Creció con un papá que sufría de adicciones, ¿cómo lo superó y qué les aconsejaría a las niñas que están pasando por las mismas circunstancias?
Esa situación me enseñó que las cosas pasan en la vida por alguna razón. Todo aquello a lo que estás expuesta de niña, adolescente o joven es una preparación para algo que tendrás que enfrentar en un momento dado. Pero de estas situaciones hay que sacar siempre lo mejor y tomarlas como una experiencia de vida.
¿Qué disfruta inmensamente en su vida cotidiana?
Ver televisión. Me encantan los realities y series como Scandal y Breaking Bad.
¿Sus tatuajes son memorias felices o tristes?
Son una especie de empoderamiento en un momento dado, un reconocimiento que los hace sobrevivir en el futuro. Son enseñanzas de mis caídas, fortalezas, historias exentas de debilidad.
¿Cuántos tatuajes tiene?
No tengo ni idea, ya perdí la cuenta.
¿Por qué aceptó ser parte del proyecto Viva Glam?
Cuando comencé a trabajar en colaboración con MAC nos dimos cuenta de que este proyecto tuvo un éxito inesperado, así que pensamos que sería una gran idea trasladar sus frutos hacia una fundación que, estableciendo una diferencia, recaudara dinero para ayudar a la gente afectada por el sida a nivel mundial. Pensé en que esta cruzada era algo próximo a mis ideales, sobre todo, por el hecho de que soy del Caribe, la segunda zona del mundo más afectada por esta enfermedad. Gente muy cercana ha sufrido de sida, incluso algunos amigos han muerto a causa de este síndrome.
¿Cuál ha sido para usted la mejor parte de esta colaboración con MAC?
Es definitivamente notable que las ganancias se vayan a una causa tan importante como la lucha mundial contra el sida.
Ya lanzó un perfume y tiene una línea de maquillaje para MAC, ¿hacia dónde van sus proyectos de belleza?
Uno nunca sabe, hay tanto por hacer. Me encanta ser creativa y cuando se trata de belleza no hay reglas, puedes hacer lo que quieras.