Andar en bicicleta en la ciudad se ha convertido en todo un estilo de vida. Carlos Vives y Miss Balanta nos comparten su experiencia y sus tips para ir siempre sobre ruedas.
En Colombia, el uso de este medio de transporte ha aumentado del 2 al 6 por ciento los últimos 15 años, y se espera que en la próxima década en Bogotá se llegue a los dos millones de viajes. Carlos Vives y Miss Balanta, dos personajes que aportan a esta cifra, hablaron con FUCSIA sobre este estilo de vida.
Carlos Vives
Muchas cosas pasan por la mente cuando se piensa en Carlos Vives, entre ellas "La bicicleta". Sin embargo, para él, esta no es solo la melodía que le valió el Grammy Latino en la categoría canción del año 2016, es un estilo de vida que lo mantiene en forma, sobre todo ahora que está lanzando su nuevo sencillo “Al filo de tu amor”. El cantautor tomó un descanso de su gira promocional para contarle a FUCSIA detalles de su pasión por recorrer la ciudad en dos ruedas.
Tiene alguna ruta o trayecto favorito?
Me muevo por la ciudades que más quiero: Bogotá y Santa Marta. Trato de usar las ciclorrutas, es lo correcto. Disfruto mucho andar por la carrera 11 en la capital, sobre todo ahora que hay un bicicarril. Es una forma genial de gozar la ciudad. Casi siempre mis trayectos son cortos, aproximadamente de 10 a 15 minutos y son en función de mi trabajo; por ejemplo, para ir de mi casa a la oficina y viceversa.
El año pasado fue tendencia, tanto en los canales de noticias como en redes sociales, el robo de su bicicleta. ¿Quedó con algo de paranoia? ¿Qué ha hecho para evitar esta experiencia?
Paranoia, no. Vivo en Bogotá desde 1972, así que me ha tocado vivir cosas que aún me dan miedo y otras que he aprendido y superado con el tiempo. Andar en este medio de transporte es una de las últimas. Sin embargo, gracias al robo, aprendí a estar más atento y vigilante. Además, fui consciente de que cometí un error al dejar la bicicleta sola y sin candado. Me gustaría aclarar que, sin importar que se presenten estos sucesos, y a pesar de la fama que tiene Bogotá, para mí es una grata ciudad que disfruto con otros ojos cada vez que ando por ella.
Usted escribió la canción del año en honor al “caballito de acero”. ¿Qué representa la bicicleta para usted?
Lo puedo decir en una palabra: libertad. Libertad de no estar encerrado, de respirar aire puro, de moverme por mí mismo y a mi ritmo.
Lo mejor de la bicicleta es...
Que es mi mejor entrenamiento. Para hacer bien mi trabajo debo estar en la mejor condición física. Para poder moverme, cantar y bailar a la vez necesito estar en forma. Entonces, es increíble hacer vueltas y, al mismo tiempo, “entrenar.”
“A tu manera descomplicado” y “a mi manera despelucado” son frases de su canción “La bicicleta”. Pero, ¿cómo hace para no verse “descomplicado” ni “despelucado” cuando llega a una cita o reunión en bicicleta?
Yo siempre me veo descomplicado, es parte de quien soy. En cuanto a “despelucado”, mi recomendación es: plánchese antes de salir y luego intente arreglarse lo más que pueda. No le pongo mucha atención, los que me conocen saben que soy descomplicado y despelucado, entonces no se sorprenden cuando llego.
En una frase, qué le ha regalado la bicicleta...
A su vida: Una constante impresión de libertad.
A su tiempo: La sensación de que no hay afán.
A su cuerpo: Una respiración más profunda.
Anímicamente: Me mantiene joven.
A su familia: Un espacio para compartir con ella.
Los Consejos de Carlos
Llevar el color negro, tanto en la bicicleta como en la ropa, ayuda a pasar inadvertido.
Siempre portar cuello que permita filtrar el aire del esmog.
Andar todoterreno: que nunca falte la chaqueta rompevientos (es apta para cada circunstancia) y siempre ir cómodo.
A mí que no me falte mi morral. Ahí llevo mi trabajo, los lápices, documentos y lo que necesite para el día. Y muchas veces cargo hasta mi guitarra, claro está que es una más pequeña, no es la de
los conciertos.
No temerle a la lluvia. Si llevo rompevientos esto no debe preocuparme; eso sí, debo aceptar que me encanta andar en bicicleta bajo la lluvia.
Ser consciente del peatón y los carros. Las personas que van a pie están desprotegidas, hay que cuidarlas. Pilas con los carros grandes; estos casi siempre se olvidan de la existencia de los ciclistas.
Miss Balanta
Si hay alguien que no le tiene miedo a andar en bicicleta es Miss Balanta. El hecho de ser fashionista, influenciadora, de andar en turbante y tacones, y ser mamá, no le ha impedido disfrutar de Bogotá en dos ruedas, y siempre glamurosa.
¿De dónde surgió la idea de andar en bicicleta?
Cuando viví en Londres descubrí lo maravilloso que es este medio de transporte, pues disfruté de una manera diferente la ciudad. Luego llegué a Bogotá y decidí que no quería encerrarme en sus trancones. Estoy convencida de que cuando la gente se sube a un carro se transforma en un monstruo por culpa del estrés. Además, es la ecuación perfecta: el clima se presta (no hay estaciones), el terreno es plano, la zona donde vivo es central y hago ejercicio.
¿Qué es lo mejor de andar en dos ruedas?
Nada como ahorrar tiempo. Es lo único que se pierde y no se recupera. Encima, creo que no hay palabras que describan la sensación de libertad que se siente. Me mantiene feliz todo el día. A diferencia de los que usan transporte público o carros particulares, no tengo que luchar con los trancones y mucho menos con que me empujen, espichen o andar mucho tiempo de pie.
¿Cuál es su indumentaria favorita a la hora de salir en este medio de transporte?
La verdad, soy bendecida porque no sudo, cosa que me permite escoger cómo vestirme sin ningún problema. Mi esposo, también amante de andar en dos ruedas, no se complica, simplemente carga una camiseta adicional para cambiarse y estar presentable. Además, mi bicicleta se presta para andar en tacones, botas e, incluso, falda. Los que me conocen saben que llego arreglada a los eventos. Aunque debo admitir que mis favoritos son los pantalones con rotos en las rodillas, pues me permiten mayor rango de movimiento y comodidad.
¿Cuáles son sus indispensables?
Cuando uno forma parte de la comunidad bicicletera va buscando la forma de estar más confortable, pero lo que siempre le digo a mi esposo es: “La comodidad no tiene nada que ver con el estilo. Se puede estar fresco y verse bien al mismo tiempo”. Tengo siempre dos maletas: la pequeña, en la que cargo mis cosas básicas, como crema de manos, llaves, tarjetero, una billetera diminuta, unos puntos de energía, gafas de sol –que no me pueden faltar–, lapicero y las monedas sueltas; y el morral de la bicicleta, en el que llevo mi traje de lluvia –que casi no consigo, pues los que venden, por lo general, no son lindos ni prácticos–, y un saco de tela delgada que me permite estar lista para cualquier cosa, ya que combina con todo. Incluso, muchos me han preguntado si pienso crear mi propia línea de ropa de lluvia para que exista una opción con un poco de glamour.
¿Cuáles son los riesgos de andar en bicicleta? ¿Ha tenido alguna experiencia negativa?
Los riesgos los corres todo el tiempo y en cualquier lado. Con el tiempo aprendí a perder el miedo, aunque cada vez que salgo me doy la bendición, pues creo que más que hacer una ruta urbana hago una de montaña. Los carros y buses no respetan a nadie; los peatones no se fijan y se atraviesan, y nunca falta el que te grita, pues no entiende que andamos en el andén más por seguridad que por gusto. En realidad, eso no me afecta; tengo claro que prefiero mi vida a que me mate un bus. Una vez, iba por la calle y estaba lloviendo, y sentí que algo me arrastraba. Cuando me di cuenta, era un bus que casi me tumba. Sobre la calle, había un hueco que siempre esquivaba, pero del susto se me olvidó. Cuando menos pensé, para evitar ser atropellada, la llanta delantera se fue al hueco y terminé con agua hasta las rodillas. No solo llegué muerta del terror, congelada, sino que al día siguiente me enfermé.
¿Cómo la cuida?
La mía es pequeña, así que la cargo conmigo para cualquier lado. Si no la puedo tener, la dejo en parqueaderos seguros y con candado. Para evitar robos, recomiendo andar en las horas pico, pues entre la comunidad bicicletera nos cuidamos de una forma u otra.
¿Casco y turbante congenian?
El casco es necesario. Es más por seguridad que estilo. Cuando llego a cualquier lugar, me lo quito y me armo el turbante. No tiene mayor ciencia, es cuestión de prioridades.
Sus consejos
La base de todo es tener una buena bicicleta.
Obligue a que lo vean: lleve luces, reflectores, chaleco, etc.
Hay que estar listo para todo, en especial la lluvia.
Si se monta al andén, no se sienta culpable, vale más la vida que un grito.
Cuando las rutas son largas, transite por vías principales, es más seguro por su amplitud.
En lo posible, programe su ruta para andar por las ciclorrutas o ciclocarriles.
Haga de la bicicleta su plan A, B y C. Aléjese de las excusas.