Como editora internacional del noticiero de Caracol vive inmersa en la realidad del país: “Esto me aferra cada vez más a mi tierra”.
Esta periodista ve sus responsabilidades en términos de crecimiento personal: “Debo mantener a los colombianos informados sobre temas delicados y, cuando la noticia es tan cercana, como es el caso de nuestros vecinos, Ecuador o Venezuela, también está más cerca de mi corazón y de mi sentido de patria, y por eso, me atrevo a decir que con esta experiencia ha crecido mi responsabilidad social hacia mi país y mi gente”.
La presentación personal es para ella un concepto que se maneja en la televisión como ‘belleza no amenazadora’: “Eso quiere decir, que si el señor dice: ‘¡qué bonita la presentadora!’, al mirarla, su señora se encuentre con una mujer agradable y no le incomode el piropo de su pareja, tal vez hasta esté de acuerdo con él.
Creo que al ‘meternos’ todos los días en la casa del televidente, debemos estar arregladas y vestidas por respeto a él, pero que eso no distraiga de lo que en realidad importa: la noticia”.
Dora concilia su vida personal con las jornadas exhaustivas de trabajo tratando de cenar todas las noches con su esposo: “Así tenemos garantizada al menos una hora o más juntos, sin interrupciones. Dicen que la calidad es más importante que la cantidad. Lucho por tener buena calidad de tiempo con él y con la gente que quiero, para compensar las horas que le dedico a mi trabajo”.
Glottman lee muchos periódicos y revistas y, antes de irse a dormir, temas espirituales y de reflexión, porque “son el complemento perfecto frente a las noticias, que a veces no son sino los detalles en la superficie de temas mucho más profundos que nos conciernen a todos los humanos”.
En cuanto a la moda, lo que le gusta, lo adopta y, lo que no, lo deja pasar: ”En televisión, más importante que estar a la moda es verse agradable, respetuoso, con credibilidad y seguridad en uno mismo”. =