La reina indiscutible de los británicos y ciudadanos de la Commonwealth y la cara de la monarquía ante el mundo fue una de las mujeres más representativas de Europa.
Isabel Alejandra María Windsor nace en Londres en el año 1926 ocupó el trono como reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte desde 1952. Coronada tras el fallecimiento de su padre, el rey Jorge VI, Isabel II de Inglaterra, dio paso a uno de los reinados más largos en la historia de este país. Desde entonces, esta monarca fue muy consciente de su papel y las responsabilidades como reina, llevando con orgullo y honores la imagen de la realeza inglesa por el mundo.
Primogénita de los duques de York y tercera nieta del rey Jorge V de Inglaterra, Isabel Alejandra María Windsor, se convirtió en la heredera del trono cuando su padre fue coronado en 1936 con el nombre de Jorge VI, tras la abdicación de su hermano Eduardo VIII. En 1939 comienza la Segunda Guerra Mundial. Isabel se muda, junto con su hermana, al Castillo Real de Windsor, periodo en el cual conoció al príncipe Felipe de Grecia.
En el año de 1942, el rey Jorge VI nombra a Isabel coronel honoraria del regimiento 500 de guardias granaderos del Ejército Real y en abril de ese mismo año Isabel hace su debut público oficial con una revista del regimiento 500 de guardias granaderos en el Palacio de Windsor.
Isabel es nombrada en 1944 como miembro del Consejo Privado y del Consejo de Estado, con lo cual queda habilitada para tomar las funciones del rey durante su ausencia del país.
En 1947, Isabel contrajo matrimonio con el teniente Felipe de Mountbatten, príncipe de Grecia y Dinamarca, conocido como Felipe de Edimburgo; Ambos recibieron el título de duques de Edimburgo y fruto de esta unión nacieron sus cuatro hijos: Carlos, príncipe de Gales y heredero del trono, nacido en 1948; la princesa Ana, nacida en 1950; Andrés, duque de York, nacido en 1960; y Eduardo, conde de Wessex, en 1964.
A principios de 1952 falleció el rey Jorge VI y el 2 de junio de 1953, Isabel II fue coronada reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte en la antigua abadía de Westminster, en medio de una ceremonia sin precedentes a la que asistieron jefes de Estado y representantes de las casas reales europeas, admirada por miles de personas que por primera vez podían seguir este tipo de eventos a través de la televisión.
A pesar del reducido papel político de la monarquía británica tras la Segunda Guerra Mundial y de los cambios que se produjeron en la relación con las antiguas colonias, Isabel II procuró preservar el carácter unificador de la Corona en el espacio político del antiguo imperio británico, convertido en la Commonwealth tras el proceso de descolonización iniciado en los años 60. Por esta razón, viajó por todo el mundo como no lo había hecho ningún otro monarca británico, estrechando vínculos con súbditos de las más diversas razas, creencias y culturas.
No obstante, a pesar de la popularidad y el respeto que obtuvo por parte de su pueblo, Isabel II no pudo evitar los escándalos familiares que le hicieron replantear el rumbo de la monarquía inglesa. El año 1992 fue un punto de inflexión al divulgarse las diferencias conyugales de sus hijos: el príncipe Andrés se separó de Sarah Ferguson, las tensiones entre Carlos de Inglaterra y Lady D (Diana de Gales) pasaron al dominio público y se llevó a cabo el divorcio de la princesa Ana, separada tres años antes de Mark Phillips.
Estos hechos que afectaron a la tradicional monarquía inglesa hicieron que la reina abriera nuevas opciones para acercarse a su pueblo, ofreciendo desde entonces una imagen menos fría, mas cercana y en algunos casos menos protocolaria. Este cambio se hizo evidente en la celebración de las bodas de oro de su matrimonio con el duque de Edimburgo (20 de noviembre de 1997), donde ella prometió públicamente abrir la monarquía a los ciudadanos.
El 9 de abril de 2021, el príncipe Felipe de Edimburgo, su esposo por más de 7 décadas, muere a los 99 años.
Entre las últimas apariciones en público está la del pasado 6 de febrero de 2022, durante la celebración de su Jubileo de Platino, momento recordado por el mundo entero al convertirse en la primera monarca británica en reinar durante 70 años, lo que amplía su récord como la monarca con el reinado más largo en la historia británica.
La Reina Isabel II fue la sexta mujer en ascender el trono británico y la monarca que más tiempo ha reinado. En septiembre del 2015 rompió el récord impuesto por su tatarabuela, la reina Victoria, luego de 63 años y 216 días el trono. La reina Victoria (1837-1901) reinó durante 63 años y siete meses y fue reconocida ante el mundo como presidenta o patrona real de más de 600 caridades, cubriendo áreas como las artes y la cultura, el sector de salud, el financiamiento para la ciencia y la tecnología y múltiples causas que apoyan la preservación del ambiente y la vida silvestre.
La monarca más longeva del mundo fallece después de varios meses de permanecer bajo supervisión médica, pero siempre será recordada como un ejemplo de liderazgo ante el mundo.