Directora del área de pedagogía de la Fundación Grupo de Acción y Apoyo Trans (GAAT) habló sobre la mujer trans colombiana y su lucha por visibilizar su empoderamiento dentro de la sociedad actual.
Eliminar los estereotipos que impiden el libre desarrollo de la personalidad independientemente de su identidad es una de las causas por las que ha luchado esta joven pedagoga, que hace parte de una de las Fundaciones que trabaja para vencer las barreras culturales que impiden el libre desarrollo de las mujeres trans en Colombia.
El derecho a la identidad de género es una batalla que se ha venido librado desde hace años y aunque se ha avanzado mucho en el tema, la realidad es que aún falta mucho por trabajar para concientizar a la sociedad sobre la libre autodeterminación, privacidad y elección.
“La mayor dificultad que tenemos las mujeres trans es que se nos reconozca nuestra identidad como una mujer, desde allí parte una brecha sin números donde nos invisibilizan, nos violentan y nos han querido callar, eso es lo que nos imposibilita de poder empoderarnos y ser conscientes del poder que tenemos como mujeres trans”, afirma Jahira Quintero.
Además, de acuerdo a esta pedagoga de la Fundación GAAT, es necesario aceptar que las personas trans tienen derecho a una personalidad jurídica y un nombre, acorde con su identidad de género, lo cual incluye el cambio de nombre, la adecuación de la imagen y la rectificación a la mención del sexo o género en todos los registros y documentos de identidad.
Bajo este punto de vista, el Estado tienen la obligación de respetar y garantizar este derecho sin discriminación, adoptando las medidas necesarias al interior de sus instituciones. “Hay muchas dificultades, hay diferentes escenarios donde las personas no pueden entender ni comprender nuestra existencia”.
Encontrar el espacio y la actividad en los que se pueda desarrollar y proyectar una mujer trans no es sencillo, más cuando se hace parte de una cultura a la que le falta derribar muchos de los estereotipos y actitudes que se han normalizado durante años. Sin embargo, después de mucho reflexionar y buscar, Jahira encontró la fortaleza para comenzar a vivir su identidad como trans y a empoderarse fuera del encasillamiento social.
“Yo creo que nuestra mayor dificultad es el respeto, lo más valioso es el respeto del otro, que se respete que yo puedo ser feliz, que se respete mi identidad, que yo no les estoy haciendo daño a nadie y a las personas les cuesta ver feliz a las personas trans”.
Finalmente, para esta activista la mejor manera de combatir la transfobia es la educación, una herramienta con la que día a día se está cortando la brecha de la discriminación.