En el Día internacional del Drag, la artista «drag» más reconocida de Colombia nos cuenta su historia.
En el corazón de un teatro bogotano y a pocas horas de iniciar una de las obras de la temporada, el actor Juan Tarquino, con un cigarrillo en la mano, le pregunta a la artista drag Lesley Wolf: ¿Qué le ha aportado Lesley Wolf a la persona que hay detrás de ella?
“Yo siento que Juan Tarquino es el empleado de Lesley Wolf, siempre lo digo, pero siento que sobre todo le ha aportado esa idea de ponerse en los zapatos de otras personas, siento que gracias a Lesley Wolf, Juan Tarquino está pasando por los mejores años de su carrera artística”, le responde Lesley Wolf con un maquillaje impecable, con un atuendo amarillo a cuadros de diseñador y con una sonrisa.
Juan Tarquino y Lesley Wolf son la misma persona y al mismo tiempo no lo son. Juan nació en la década de los 80 y Lesley en 2018. Juan es actor, escritor y director bogotano, estudió licenciatura en Artes Escénicas en la Universidad Pedagógica, vivió cuatro años en Argentina, tiene dos perros y tres gatas. Recientemente personificó a Garabato en la exitosa serie Pálpito de Netflix.
Lesley nació durante el cumpleaños número 38 de Juan Tarquino, su mayor influencia es la cantante y compositora de los años 40, Lesley Gore, tiene más de 20 000 seguidores en Instagram y cerca de 100 000 en TikTok. Lesley participó en el reality “Love for the Arts”, hizo parte de un documental de Telepacífico, es la portada de la edición conmemorativa de los 20 años del libro Al diablo la maldita primavera del escritor Alonso Sánchez Baute y sobre ella han escrito en diversas revistas de moda como Vogue México.
Esa misma tarde en la que Juan Tarquino entrevista a Lesley Wolf, una docena de actores, actrices, bailarines y cantantes ensayan para Marica Varieté, diversa, una obra de teatro dirigida y actuada en su totalidad por artistas de la comunidad LGBTIQ+.
Juan llegó temprano, Lesley también.
Durante varias horas el rostro de Juan logra una metamorfosis delirante. Inicia con una rutina de skincare meticulosa: hidratante para el rostro, protector solar, contorno de ojos, todo previo a la llegada del show de maquillaje.
Mientras tanto, el backstage del teatro vibra por su energía. Algunos artistas caminan rápido, otros ensayan sus líneas del libreto, ríen, prueban sus instrumentos y se miden su vestuario. Algunos fuman. A todos, a pesar de su notoria experiencia en las tablas, se les siente el nerviosismo en su rostro.
En una de las habitaciones de la parte trasera del escenario, Lesley sigue tomando vida. Primero se aplica el primer, luego la base, el corrector, el iluminador, el pegamento para las cejas, los polvos compactos. El proceso de transformación hacia el drag merece toda la concentración y dedicación. Lograr plasmar rasgos femeninos, perfilarlos a través del maquillaje; lograr exagerarlos equilibrando la belleza con el arte drag es una tarea de varias horas.
Lesley aparece frente al espejo de manera brillante, habla y se ríe con sus compañeros y compañeras de obra. El espacio donde todos están transformándose de manera simultánea tiene 7 metros de largo por 7 de ancho, está lleno de espejos, tiene un rack de ropa con todos los vestuarios, también zapatos, tacones, comida, un solo baño y mucha energía. Son cuatro horas en las que el lienzo blanco de la cara de Juan se convierte en la obra de arte que es Lesley Wolf. El rubor, el iluminador y las paletas de sombras de colores dignos de cualquier pintor aparecen. También las pestañinas, los delineadores, los brillos, los labiales.
Lesley es una de las referentes del drag queen más importantes a nivel nacional. Pero Lesley es más que una drag queen, Lesley es la representación de la diversidad, de la rebeldía y de varias causas sociales. Según ella misma: “Lesley es una respuesta a un afán de libertad de Juan Tarquino”.
Una libertad que incomoda, especialmente en Colombia, donde entre enero y abril de 2022, 25 personas LGBTIQ+ fueron asesinadas, de acuerdo a un informe del Observatorio de derechos humanos de la ONG Caribe Afirmativo.
“Yo siento que hacer parte de la escena drag en un país como Colombia tiene esa tarea de incomodar para llevar a esa pregunta del por qué, al para qué y cuál es la necesidad de hacerlo. Cuando entendamos que simplemente es una expresión artística y que debemos respetar ese pensamiento, esa diferencia de la otra persona, seguramente vamos a lograr pasar de esa incomodidad a un espacio donde nos vamos a sentir mucho más cómodos entendiendo que el otro vale por lo que es”, asegura Lesley.
Aunque el drag queen incómoda en ciertos círculos sociales colombianos y de la región, en otros lugares este arte toma más y más fuerzas. RuPaul Andre Charles, Conchita Wurst, Bianca del Rio, y muchas otras artistas drag siguen abriendo espacios en televisión y en las artes escénicas a nivel mundial.
La propuesta escénica de Lesley Wolf no solo se enmarca en una sola causa, también abandera la “lucha de las mujeres que han sembrado y han dado una batalla grandísima por sus derechos y por dignificar su existencia en un mundo tan patriarcal y tan heteronormado como en el que vivimos”, asegura la artista y continúa: “Mi mayor referente es la mujer con todo respeto, cariño y admiración. Me declaro una persona que es aliada al feminismo y que en sus espacios o microespacios intenta que la reflexión vaya hacia las libertades y a la inclusión no solamente por la población LGBTIQ+, sino también por la inclusión de la mujer”.
La influencia de las mujeres fue trascendental para lo que es hoy Lesley. Madonna y Edith Piaf y cada una de las mujeres con las que creció Juan fueron una gran inspiración. Creció en una familia o en un “matriarcado” como prefiere llamarla, escuchando y aprendiendo las letras y la estética de Mariah Carey y de Tina Turner junto a su hermana, especialmente la letra de “Proud Mary”.
“Proud Mary keep on burning
And we’re rolling, tell you rolling, we’re rolling on the river”
Cuando el rostro de Lesley está completamente maquillado, sus cejas perfiladas y sus ojos delineados, inicia la fase del vestuario para el show. Para esta tarea la artista ha escogido a una persona de su plena confianza.
Se trata del diseñador de moda Juan Felipe Sierra, quien también hace parte de la variada gama del drag colombiano, “es un artista impresionante, diseñador de moda, drag y bailarín, en quien confío plenamente”. El diseñador es egresado de Mercadeo y Diseño de Moda de la Escuela Arturo Tejada Cano y profesor de patronaje y drapeado en la misma institución. Tiene su propio emprendimiento de ropa bajo medida para espectáculos llamado House of Santino. Lleva desde los 15 años en el mundo del arte y la danza.
Juan Felipe y Scarlett Santino son las mentes maestras detrás de todo el vestuario de Lesley, quien hoy lleva puesto un traje de pantalón y abrigo color amarillo a cuadros con unas hombreras en punta con una clara referencia a Elsa Schiaparelli y a la tendencia por excelencia de los años 80. Un conjunto que sin duda grita poder.
Lesley y Juan Felipe se conocieron por primera vez en O My Bar, un espacio abierto por el colectivo O My Drag dedicado a expandir la cultura del arte drag haciéndola más cercana y conocida por el público en Colombia. “Yo iba de chico e iba solo. Lesley me acogió, me hizo la noche más amena, esa fue la primera vez que yo vi un show drag, fue la primera vez que vi a una drag queen en vivo. Lesley me pareció una persona segura, talentosa y supremamente imponente”.
Desde ese momento Juan Felipe y Lesley construyeron una amistad que trasciende a una relación profesional cuando Lesley es escogida para participar en “Love for the Arts” durante la pandemia. “Durante este certamen creamos todos los looks juntos, aquí Lesley Wolf también empieza a experimentar y a coser. La pandemia nos unió. Juan y Lesley son mis clientes pero por fuera de eso somos amigos. Yo estoy siempre presente para ellos y Juan y Lesley siempre están presentes para mí”.
Juan Felipe le ha diseñado a Lesley cerca de 100 prendas. “Es un honor para mí poder decir que soy su diseñador, poder decir que soy su stylist. Es un honor para mí conocer el armario de Lesley Wolf, vestir a Lesley Wolf y que ella deposite en mí y en mi talento toda esa confianza para vestirla para sus eventos y para sus shows”, asegura Juan Felipe.
El arte de vestir a Lesley Wolf lleva consigo un proceso creativo arduo, nada queda al azar. Desde la elección de las telas, los colores, las siluetas y los estilos, todos son analizados por Juan Felipe y Lesley. “A ella le encanta que se marque su figura y su cintura, por eso usamos siluetas en reloj de arena”. Para cada evento esta dupla creativa escoge el tipo de textil que más se acompla a las necesidades del show “usamos tul, organza, lentejuelas, terciopelos, licras, scuba, drill y antifluidos”.
El estilo de Lesley es uno que emana su propia personalidad “es imponente, atrevido, sensual, lleno de movimiento y color”.
El productor de la obra le anuncia a todos los artistas que en 15 minutos iniciará la función. La última prenda en ponerse Lesley son su zapatos, un par de tacones de 15 centímetros color salmón, aunque ella no está a gusto con ese par, pues ella quiere unos color crudo. Todos buscan el par de tacones, pero nadie los encuentra. El backstage del teatro está lleno, el nerviosismo se puede sentir en el aire.
Lesley se mira al espejo, se aplica perfume, su peluca rubia está perfectamente peinada, su maquillaje y vestuario están impolutos. Su empleado, Juan Tarquino, ya no está. La obra está a segundos de comenzar y todos gritan “mucha mierda”, una forma poco refinada, pero muy sentida de desearse buena suerte en el teatro.
“Las personas diversas existimos todos los días de nuestra vida, en el momento en que entendamos que la diferencia es absolutamente normal, vamos a poder caminar de la mano por un país y un mundo mejor. ¡Arriba las maricas!”, Lesley Wolf sonríe.
Se abre el telón.