La actriz dio a conocer cómo fue interpretar un personaje “soñado”.
Pensar en Pinocho es remontarse a la infancia. Este filme que regresó de la mano de Disney+ se convirtió en uno de los estrenos más importantes del año, la película original fue el segundo largometraje animado en llegar a la pantalla grande y al día de hoy es considerado uno de los mejores junto con obras como Dumbo, La cenicienta o Blancanieves.
Para esta oportunidad fue Robert Zemeckis el encargado de dirigir esta película de acción real y que es la nueva versión de la entrañable historia de una marioneta de madera, que emprende una emocionante aventura para convertirse en un niño de verdad.
Tom Hanks fue el encargado de darle vida a Gepetto, el carpintero que construye a Pinocho, quien es interpretado por Benjamin Evan Ainsworth. Además, en el reparto también sobresalen nombres como los de Joseph Gordon-Levitt, que es Pepe Grillo, la conciencia de Pinocho; Keegan-Michael Key es Juan; Lorraine Bracco es Sofía la Gaviota, un nuevo personaje, y Luke Evans es El Cochero. Sin dejar de lado a la nominada al Premio Óscar Cynthia Erivo, quien en esta oportunidad es El Hada Azul.
En exclusiva, Cynthia Erivo habló de cómo fue convertirse en El Hada Azul, “el rol del Hada Azul es ayudar a Pinocho a aprender qué es la honestidad. Y trata de concederle el deseo que él y Gepetto quieren. Es como una maestra en ese sentido”, afirmó.
La actriz, cantante, escritora y productora que ha sido ganadora de premios Grammy, Emmy y Tony, asegura que su agente Robert Zemeckis estaba interesado en hablar con ella sobre interpretar el papel del Hada Azul y mostrarle su visión “me encantó su visión del personaje y lo que quería hacer. Y le pregunté cómo quería que fuese su aspecto. Y me dijo: ‘Como el tuyo’. Y le dije: ‘¿La quieres con el pelo corto?’ Y me dijo: ‘Con el mismo pelo corto. Está todo bien’. Y yo le dije: ‘Bueno, genial’. Así que me incorporé porque él me lo pidió. Me encantó el proyecto. Me encantó la canción que canta el personaje y quería formar parte del proyecto”.
Y es que al preguntarle sobre la primera vez que vio el filme dijo que fue hace mucho tiempo. “Tendría alrededor de nueve años cuando vi la original. Recuerdo que quedé muy impactada. Nunca había visto algo así”, agregó.
Pasar de admirar un personaje a interpretarlo hizo que Erivo mostrara diferentes facetas en un solo rol. “Sobre el personaje me pidieron ser dulce y amable, pero que también fuera pragmática. Podría casi ser brusca, pero hay calidez en ella. Querían que el personaje fuera una maravillosa mezcla de muchas cualidades. Me encantó el desafío de hacerlo”.
Un detalle importante dentro del rodaje de Pinocho fue la forma en la que ella ayudo al desarrollo físico y la creación del hada. “Queríamos mantener el color azul, pero queríamos que tuviese un aspecto mágico en todo, desde el maquillaje hasta el cabello. Tengo cristales en el pelo y en las orejas. Y pude mantener gran parte de mis piercings pero reemplazados por hermosos pendientes que hizo la diseñadora de vestuario. Probamos muchas cosas diferentes para ver qué funcionaba y qué no. El vestido es capas y capas de seda. Queríamos que fuera etéreo y misterioso, le queríamos dar el aspecto de hada lo más posible”.
La historia que trata sobre la verdad y la honestidad y de los deseos que se hacen realidad de maneras que uno no imaginaría; por eso, no duda en afirmar que a veces, lo que uno desea no es necesariamente lo que obtiene, porque es mejor para uno, y otras veces hace falta trabajar para obtener lo que uno desea. Además, hay lecciones en la historia que nos enseñan no solo a ser honestos, sino a ser veraces y fieles a uno mismo. “Es saber que los errores pueden suceder y que uno puede cometer errores, pero que uno también se puede hacer cargo de esos errores y corregirlos, si uno quiere. Es como tener una segunda oportunidad”, puntualizó.
Para finalizar dijo que para su trabajo en la cinta tuvo mucha suerte porque hizo su parte en un par de días. “Se hizo en ese gigantesco hangar, pero la habitación era totalmente azul. Me hicieron volar enganchada a una máquina que me movía por todas partes. Fue maravilloso. Robert me preguntó si quería hacer la escena en partes o aprenderla como un monólogo. Y yo le dije, porque soy una chica de teatro, que me encantaría aprenderlo como monólogo. Así que lo hice así. Lo rodamos en unas cinco o seis tomas. Y fue muy divertido. Además, canté en vivo en el set y eso me encantó”.